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La agricultura orgánica fue la apuesta del Club de Ciencias del Colegio Santísima Virgen María de Las Cabras; es así como desde 2012, a través de diversos proyectos de financiamiento presentados a EXPLORA y otras entidades, han logrado desarrollar varias iniciativas relativas al tema.
Esta escuela rural, emplazada en el sector El Durazno Chico, tiene una matrícula cercana a los 80 estudiantes, y más de 20 de ellos participan del mencionado club, involucrando además a los apoderados del establecimiento, con quienes comentan y colocan en práctica sus descubrimientos.
Dentro de las investigaciones que han realizado están: “Rescate de la sabiduría Ancestral para Plaguicidas Orgánicos”, luego desarrollaron un huerto orgánico dentro de los terrenos del establecimiento, para seguir este año con el proyecto“Astronomía y agricultura: Estudio de prácticas milenarias”, con el que participaron del Congreso Regional Escolar de Ciencia y Tecnología de EXPLORA CONICYT.
Según explicó el profesor Luis Carvajal, su colegio cree en “los procesos naturales que se van dando en la formación de los niños y niñas, y en todos los aprendizajes que deben descubrir, especialmente de sus fortalezas, debilidades y potenciales en los diversos ámbitos de la vida”. Por tal motivo, ellos reciben estudiantes con una alta tasa de vulnerabilidad social, y trabajan con los apoderados de la escuela, para crecer en comunidad como conjunto.
Las primeras experiencias consistieron en el control de plagas sin productos químicos; Así, se hicieron trampas con botellas recicladas para moscas, se usaron soluciones con ajo, tabaco, sal, entre otros, según explicó Carvajal. Por ejemplo los apoderados usaron ajo o tabaco para controlar pulgones; sal y cerveza contra las babosas; con el objetivo de prevenir las plagas, no de eliminarlas.
Luego en 2013, gracias al FOSIS hicieron un huerto de agricultura orgánica; en donde colocaron las plantas de tal manera que fueran especies que se beneficiaran mutuamente, por ejemplo, de distinto tamaño, forma de crecimiento, aprovechando al máximo el espacio; y controlando además, las plagas en forma mutua.
“Fue un desafío porque todo el trabajo que desarrollamos, tenía por objetivo sacar el máximo provecho en cuanto a conocimiento, hablar de matemáticas, y de otras asignaturas en el huerto como algo natural”, comentó Carvajal.
El profesor aseveró además que “hemos obtenido bastantes logros de los niños, han llevado a sus casas el conocimiento y las experiencias adquiridas acá; por eso el entusiasmo de seguir con más iniciativas en este mismo tema”.
La agricultura orgánica, según el académico de la UC del Maule y magister en Agroecología, Carlos Pino se define como un “sistema holístico de producción, elaboración y etiquetado de productos que básicamente se producen libres de sustancias tóxicas, agroquímicos y organismos genéticamente modificados”. Asimismo, este tipo de agricultura tiene más implicancias sociales, pues protege la salud de sus trabajadores, al no usar productos químicos y promover la vida sustentable.
Según explicó el docente, el sistema de producción orgánico tiene varios sinónimos; así en el mundo se le conoce también por producción biológica o ecológica. En Chile se rige por la Ley 20.089, que crea el Sistema Nacional de Certificación; cuyo cumplimiento es fiscalizado por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG).
Pino comentó que esta actividad comenzó en Chile ligada a la agricultura familiar campesina en los años ’80; sin embargo hoy se desarrolla también a gran escala. Así, en viñas hoy son más de 5500 hectáreas las que están bajo esta modalidad. “En términos proporcionales, el 5,5 por ciento de la superficie total dedicado a viñas, está bajo manejo orgánico; además, hay producción en frutales de exportación, como manzanos, kiwis, paltos o berries con predios que alcanzan las 200 ó 300 hectáreas inclusive.”
En cuanto a la diferenciación con la permacultura, el académico comentó que esta ciencia de diseño, se rige por los ciclos energéticos y sus equilibrios, a diferencia de la agricultura orgánica que está normada.
En cuanto al costo de este tipo de producción, aseveró que “no es sinónimo de que sea más caro; por ejemplo, a pequeña escala, si tienes una gran diversificación de productos, varías las labores en mano de obra y reduces los costos en insumos”. Agregando que en el caso de cultivos a gran escala, el valor al producir aumenta, pero también tiene un retorno mayor.
Información entregada por Patricia Rivas, Coordinadora Regional de Agricultura Orgánica del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) Región de O’Higgins, más antecedentes escribir a organi
ca@sag.gobcl
Texto : Carla Morales Vallejos, PAR EXPLORA O’Higgins.
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