Mayo ya llegó a su fin y con él la celebración del Mes del Mar. Como actividad de término, el Proyecto Asociativo Regional EXPLORA CONICYT Región de Magallanes, en conjunto con la carrera de Biología Marina, de la Universidad de Magallanes, invitaron a los estudiantes de colegios de Punta Arenas a conocer más acerca de los tesoros que habitan las costas chilenas.
Los 472 alumnos que llegaron hasta ese sitio pudieron recorrer diferentes módulos. A uno de ellos se entraba atravesando una cortina que simulaba algas. Una vez dentro se escucha un sonido que recordaba el mar y todo estaba en penumbras; en las paredes habían fotos de diferentes especies. “Queríamos que se imaginaran que estábamos en el fondo marino, y lo logramos con los más pequeños. Estamos súper contentos porque les ha gustado y han aprendido”, comentó Camila Vidal, estudiante de Biología Marina a cargo de este espacio.
Además, hubo exposiciones sobre los ciclos de vida de las centollas, disertaciones acerca de cómo se trabaja en las ciencias del mar y un taller de lectura. Gloria Sánchez, la monitora que realizó esta última actividad, explicó que “la idea es presentarle a los niños diferente material que ya existe, sobre algunos temas relacionados con la ciencia, que están escritos para que los niños fácilmente lo lean”.
Dentro de las actividades preferidas por los estudiantes estuvo la muestra de aves y mamíferos marinos disecados. Allí los recibieron estudiantes de Biología Marina, que les explicaron más detalles acerca de los mismos. Nathaly Sepúlveda les habló, por ejemplo, de cómo consiguen su alimento algunas aves que habitan las costas. Gratamente sorprendida por el recibimiento que tuvo, comentó “tienen interés en escucharnos, en aprender más sobre la fauna y vida marina”.
Valentina Uribe, de la escuela Pedro Pablo Lemaitre, fue una de las estudiantes que mostró ese deseo de ahondar en el conocimiento de nuestros mares. Ella pudo tocar por primera vez un pingüino disecado y quedó fascinada con lo “suave” de su plumaje. “Conocí nuevas cosas sobre los pingüinos, porque yo sólo sabía que vivían en la Antártica”, expresó.
Una de las paradas incluyó la degustación de platos preparados a partir de productos marinos. Los cebiches de mariscos y de cochayuyo tuvieron muy buena aceptación de los comensales, algo que llamó la atención de Stephany Vidal, una de las estudiantes que ofreció estos platos. “Me sorprende bastante que a los niños pequeños les encante tanto el cebiche de cochayuyo, porque a los pequeños no les gusta en general lo que son las algas (…) pero les encanta y quieren más”, manifestó.
Para los más grandes, en una sala repleta de estudiantes, expuso el investigador de la Umag, Cristian Aldea. Bajo el título La maravillosa fauna marina antártica, enseñó conceptos básicos de biología y mostró a los presentes diferentes especies que habitan el extremo sur del planeta.