Conoce un poco más sobre esta disciplina científica y que permite salvaguardar la vida de diversas especies.
Para quien nunca haya oído hablar de la criopreservación, esta disciplina tiene como objetivo el mantenimiento de la viabilidad y funcionabilidad celular a temperaturas bajas. Dicho en simples palabras por el académico de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte, Enrique Dupré “es que tu congeles un ser vivo, lo tengas congelado en nitrógeno liquido a menos 196 grado y después lo descongelas y está vivo”.
Lo atractivo de la criopreservación, va de la mano con lo que señala el investigador Enrique Dupré, “Lo interesante es la época reproductiva; hay momentos que se puede hacer y otros que no hay fecundación, o sea que durante todo el año no puedes reproducir. La criopreservación puede ir descongelando de a poco. Se congela, después se descongela y está vivo para fecundar”.
Esta disciplina es vista con esperanza, puesto que puede ayudar, tal como su nombre lo indica, a preservar especies que están por desaparecer “a través de la criopreservación podemos congelar gametos, espermatozoides, ovocitos, incluso embriones y la podemos utilizar para conservar las especies que están en peligro de extinción”, señala la investigadora Paola Ortiz.
En la Universidad Católica del Norte se trabaja esta disciplina de la mano con las especies marinas, en especial con todo lo relacionado con Ciencias del Mar y la Acuicultua. El investigador Dennis Panozo afirma que en esta última es muy importante poder conocer nuevas técnicas en la criopreservación, debido a que “tiene el potencial para poder subsanar las trabas de la acuicultura en ciertas épocas del año, o para evitar riesgos sanitarios cuando se trasladan de un lugar a otro las especies”.
Si quedaste con ganas de aprender un poco más, lee de esta disciplina en la primera edición de la Revista EL EXPLORADOR, que será lanzada en las próximas semanas.
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