Es el día uno. En la tarde, el profesor Omar Iriarte, de la Escuela Darío Salas del valle de Azapa de Arica, teje un gran quipu junto a sus alumnos. Esta herramienta para contar y basada en nudos de lana que usaban los incas, ahora está presente en la sala de clases donde se da lugar a la Academia de Etnomatemática, organizada por el Proyecto Asociativo Regional (PAR) Explora Conicyt Arica y Parinacota, en conjunto con los departamentos de Matemática y Antropología de la Universidad de Tarapacá.
¿Cómo se vincula la práctica de las matemáticas con la historia regional? Es la pregunta que se respondió a lo largo de dos sesiones en esta academia en la que participaron 39 alumnos y tres profesores de matemática de las escuelas: Carlos Condell de la Haza, del valle de Lluta, profesora Sandra Alanoca; Darío Salas Díaz, del valle de Azapa, profesor Omar Iriarte y Gabriela Mistral, de la población Cardenal Raúl Silva de Arica, profesora Naara Donoso.
Para el encargado de Valoración de la Ciencia y Tecnología del Proyecto Explora Conicyt Arica y Parinacota, Claudio Fuentes Lufitt, esta academia además pretende despertar el interés en los estudiantes participantes para que desarrollen investigación escolar que pueda ser presentada al XII Congreso Regional Escolar de Ciencia y Tecnología que se desarrollará durante el mes de octubre en la Región.
SESIONES
La Academia Etnomatemática partió con la definición de equipos de trabajo y roles de cada uno de los participantes, entre ellos, un informante matemático y uno antropológico. El primero, encargado del registro de los aspectos matemáticos evidenciados en terreno, y el segundo, a cargo de anotar todos los datos asociados a la historia y forma de vida de las civilizaciones antiguas. También el equipo requirió un fotógrafo, un dibujante y un editor a cargo del contenido del trabajo final. Esta sesión incluyó la introducción a la etnomatemática, a través de sesiones expositivas que mostraron la conexión entre la matemática y la antropología.
Los textiles, su importancia en la cultura andina, su interpretación, simbolismo y evolución a través de los distintos períodos culturales de la región, y cómo se logran relacionar con la matemática, fueron parte de los temas tratados en la segunda parte de esta actividad. Para ello se analizaron fichas con distintos textiles, que forman parte de la muestra del Museo San Miguel de Azapa de la Universidad de Tarapacá, específicamente las figuras y su interpretación de acuerdo a la cosmovisión andina y la presencia de nociones matemáticas.
La actividad relacionada con la importancia de la vestimenta, de acuerdo a la época, mediante la caracterización de los propios estudiantes, fue la antesala de la participación de una tejedora andina dedicada a la producción y reproducción de textiles, quien mostró in situ su trabajo en telar y el rescate de una tradición familiar generacional.Para Anely Olivares, de la Escuela Gabriela Mistral, esta actividad fue muy entretenida.
La academia incluyó una salida a terreno dedicada al análisis de la etnomatemática desde la perspectiva de los geoglífos y la arquitectura. Los alumnos de los colegios visitaron “La Tropilla”, sitio ubicado en el sector Cerro Sombrero y “La Aldea San Lorenzo” ubicada en el kilómetro 13 del valle de Azapa. En estas visitas guiadas por la profesora Patricia Arévalo, especialista en patrimonio, los estudiantes pudieron identificar principios o nociones matemáticas presentes en el arte rupestre y arquitectura, y por sobretodo, entender el pensamiento matemático avanzado de nuestros antepasados en la resolución de problemas cotidianos, sin tener noción de aquello.
En pleno avance de la academia, Edith Beltrán, de la Escuela Darío Salas, dice que lo que más le gustó fue saber que en los tejidos se utilizaba matemática y en la salida a terreno, conocer que antes había personas que vivían en los sitios arqueológicos visitados. De igual forma, Gabriela Yanque, de la Escuela Carlos Condell, indica que aprendió sobre la cultura del sitio San Lorenzo y los restos que quedaron de ella, y que nunca había aprendido tan fácilmente con una salida a terreno.
En la actividad final los estudiantes trabajaron y editaron el material recolectado en la actividad, lo cual fue expuesto antes sus compañeros para cerrar esta nueva edición 2017 de una academia que probablemente derive en investigaciones futuras de estos motivados jóvenes.
¿Y LOS QUIPUS?
Hubo toda una sala motivada con los nudos para contar, uno de ellos fue el profesor Omar Iriarte, quien dijo que a los alumnos les llamó la atención la actividad en general, porque vieron muchas cosas nuevas, pero una de las más llamativas fue la construcción del quipu, pues no imaginaban que con simples cordelitos podían contar sus pertenencias. “Para mí fue una retroalimentación y un aporte. También fue motivante que los alumnos asistan aunque sea dos días a la universidad porque llegan a sus casas diciendo estuve en la universidad. Creo que les sirve mucho”.
Finalmente, la Dra. Mónica Navarrete, directora del Proyecto Explora Conicyt Arica y Parinacota, indicó que este año se trató de abarcar mayor número de establecimientos educacionales con esta interesante actividad, donde la cultura y la matemática se unen en la investigación y educación.
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