“Las aves son parte integral de nuestro planeta y de nuestra vida. Así como cuidamos nuestra privacidad y nos gusta ser respetados, también debiésemos limitarnos como sociedad y no invadir los espacios que ocupan estos organismos”.
Por: Samuel Angel Jacinto
Estudiante Licenciatura en Ciencias Ambientales
Universidad Autónoma de Guerrero, Mexico
Estudiante en pasantía en PAR Explora Coquimbo
Como población humana crecemos de una manera desmedida, al punto que para nuestra sociedad los espacios donde vivimos ya no son lo suficientemente grandes como quisiéramos. Pareciera que tenemos que sobrevivir a todo, por lo que seguimos el pié de la letra la teoría que Charles Darwin nos dejó: “La supervivencia del más apto”. Como seres “pensantes” lo queremos todo, hacemos a un lado plantas y animales, teniendo un resultado de cada día menos ejemplares a causa de la invasión que hacemos de sus hogares, al punto que bosques, praderas, costas, humedales y muchos ambientes muestran un paisaje afectado por la actividad humana. Todo esto por buscar lugares donde nosotros nos podamos sentir más cómodos.
Aunque muchas de las aves cumplen importantes funciones en el ecosistema y se topan con nosotros día con día, por su pequeño tamaño, no pasan a ser más que simplemente: “pajaritos”. Y cuando las notamos… pareciera que ellas invaden nuestros espacios urbanos, especialmente en lugares cercanos a la costa. No obstante, es la actividad humana la que afecta el comportamiento de las aves, tal como lo demuestra el estudio realizado por investigadores de la Universidad Católica de Chile. Para estudiar el efecto de las actividades humanas, los investigadores realizaron observaciones en dos áreas distintas, una de ellas al interior de una reserva marina de Las Cruces en la región de Valparaíso y otro sitio en un sector de libre acceso, abierto al turismo. Al terminar dos años de observaciones se obtuvieron sorprendentes resultados.
Se generó un catastro de 19 especies, entre las cuales se encontraban el Piquero peruano, Pelicano chileno, Cormorán oliváceo, Guanay, Garza blanca, Gaviota cocinera y la Golondrina de mar. Entre estas, algunas sólo se presentaron por las noches para dormir. Lo interesante es que recurrentemente la abundancia de aves fue menor en el área de libre acceso donde había mayor cantidad de actividades humanas desarrolladas en la costa. La causa principal de la ausencia de los pájaros en el lugar estuvo relacionada a presencia de las personas que visitan la costa, esto se debe que los pájaros se sienten amenazados.
Como nos podemos imaginar, nuestras crecientes acciones invasivas no les permiten disponer de lugares donde ellas puedan descansar y comer tranquilas. Más aún, si están en una época de apareamiento, nuestra intromisión altera sus conductas reproductivas.
Pero no es sólo la mera presencia humana la que afecta a las aves costeras, sino también la forma en que las personas nos comportamos. ¿Te imaginas si en en el lugar donde vives tus vecinos y otras personas vienen a botar su basura? ¿Te sentirías a gusto? Es lo mismo que pasa con las aves encontradas en la costa. Aunque no lo creas, las cosas que nosotros pensamos que son sólo pequeños detalles, son realmente malas para las aves, como el caso de escuchar música a alto volumen, conducir vehículos por las calles cercanas a la playa, peor aun… transitar en vehículos por sobre la arena de la playa… todo esto afecta el comportamiento de las aves.
Estudios como el relatado que fue desarrollado por científicos especialistas en aves costeras nos ayuda a comprender mejor el comportamiento de estos organismos y darnos cuenta de cómo los estamos afectando. Ojalá también podamos valorar de mayor forma la vida de las especies que nos acompañan en nuestro planeta, y así evaluaremos si los hombres somos realmente los invasores.
El mensaje es que las aves son parte integral de nuestro planeta y de nuestra vida. Así como cuidamos nuestra privacidad y nos gusta ser respetados, también debiésemos limitarnos como sociedad y no invadir los espacios que ocupan estos organismos. En resumen, no debemos estar en lugares donde no nos corresponde y que las aves usan en forma histórica.
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