A cuatro meses de que se realice en Chile la cumbre medioambiental más importante del mundo, la COP25 de Naciones Unidas, ya hay algunos asistentes que han puesto en marcha su viaje al territorio nacional. La más conocida es la adolescente sueca Greta Thunberg, fundadora de los Fridays for Future, el movimiento internacional estudiantil sobre cambio climático que ha realizado marchas en más de mil ciudades a lo largo del mundo. El sábado pasado, inició su travesía para llegar al país en diciembre, atravesando el Atlántico en un velero que no genera emisiones, luego de participar en una conferencia climática en Nueva York.
Mientras la joven de 16 años cruza el océano, en Chile se trabaja intensamente en los preparativos del encuentro. La COP (Conferencia de las Partes) es la institución que vigila que se cumplan los objetivos contra el calentamiento global que propuso la Convención Marco sobre Cambio Climático, firmada en Nueva York en 1992, y ampliada desde entonces en reuniones anuales que hoy involucran a 196 Estados. Su actualización más importante fue el Acuerdo de París en 2015, en donde se acordó que el aumento en la temperatura de la Tierra no puede superar los dos grados, respecto a la que había antes del desarrollo industrial. A la fecha se han realizado 24 COPs, la primera fue en Berlín en 1995 y la última en Polonia. Este año es el turno de Chile, uno de los diez países más afectados por eventos meteorológicos asociados al cambio climático, según el reporte de Índice Global de Riesgo Climático 2017 presentado en la COP22.
Una pieza clave en el rol de Chile como país anfitrión será el representante de la sociedad civil y High-Level Champion de la COP, Gonzalo Muñoz, quien tendrá la tarea de difundir las iniciativas de la cumbre y asesorar las conversaciones entre el gobierno y otras organizaciones participantes. Desde que en abril fuera nombrado en el cargo —que dura dos años y fue creado para aumentar el impacto del mensaje de acción climática, luego de la firma del Acuerdo de París—, el empresario ha tenido un giro radical en su vida diaria, con una agenda muy apretada y reuniones a toda hora para dar forma a la cumbre.
—Estoy siempre con la sensación de que podría estar haciendo más cosas, me cuesta incluso conciliar el sueño del entusiasmo y la ansiedad por hacer más —dice Muñoz, de 47 años y director ejecutivo de TriCiclos, una empresa que fomenta la economía circular y busca desarrollar un triple equilibro entre los ámbitos financiero, ambiental y social—. Mi rutina se ha concentrado en este rol, con el foco puesto en transmitir la motivación que necesitamos en el mundo para pasar a una acción lo más ambiciosa posible.
Muñoz, quien fue elegido por el gobierno y es el primer Champion que viene desde el mundo privado, cuenta que, desde su elección, muchas personas y organizaciones le han confesado que el cambio climático no estaría en sus agendas si no fuera porque Chile será anfitrión de la cumbre. Ser anfitrión, sin duda, es sinónimo de dar el ejemplo. En esa línea, aspira a que nuestro país sea uno de los primeros en actualizar su compromiso para reducir las emisiones y mostrar alternativas sustentables para otras naciones de similar economía.
—Eso sería una forma de dar el ejemplo. Que sea una oportunidad para mostrar una potencial ruta para que otros países del tamaño de Chile, que en algunos casos se han marginado de promover una acción climática más contundente, por el poco peso de sus emisiones absolutas.
Uno de los aspectos que lo tienen esperanzado, cuenta, es la seriedad que nota en Chile respecto a cómo se ha llevado a cabo el desafío de la COP25. Esto, dice, se debe a que hay un compromiso país respecto a que el calentamiento global es una temática de Estado, no de cada gobierno.
—Vemos que ha habido continuidad en la forma de conversar estos temas en los últimos gobiernos, con una ruta ascendente en madurez y profundidad. Hoy los ministros de las administraciones anteriores están apoyando la COP y la conversación de la crisis climática con mucha iniciativa. Veo en Chile la capacidad de abordar estos temas basándonos en la ciencia, dejando de lado la ideología.
Entre los invitados confirmados para la convención —que se realizará del 2 al 13 de diciembre en la Ciudad Parque Bicentenario, con una concurrencia esperada de 25 mil personas por día—, están el exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore; el exCEO de Unilever, Paul Polman; y el exbaterista de Soda Stereo y embajador de la ONU, Charly Alberti. Muñoz espera que la presencia de personalidades de relevancia mundial sea una forma de acercar las temáticas a la ciudadanía.
—Que genere interés en participar de la acción climática y perfeccionar los hábitos de las personas. Es un desafío enorme porque es importante que sea una comunicación movilizadora, pero que no cree pánico. Sabemos que las consecuencias que podemos vivir son duras y en muchos aspectos injustas, pero tenemos que adaptarnos con entusiasmo a una batalla épica que tenemos que librar entre todos y que tenemos que ganar por el bien de todos.
Para Muñoz, la alarmante proyección del cambio climático requiere pensar en una nueva forma de desarrollo para los países, que pueda ser alcanzada sin aumentar el deterioro ambiental en el camino.
—Los países que más han influido en este problema son aquellos que han logrado el mayor desarrollo. Eso genera una situación global compleja, porque los países que necesitan acceder al desarrollo hoy no lo pueden hacer a través de la misma ruta —dice Muñoz.
La COP25, del 2 al 13 de diciembre, abrirá la discusión sobre qué nuevas rutas debemos tomar, como especie, para cuidar nuestro frágil planeta.
Texto: Estela López