Un monstruo de dos metros hecho con realidad aumentada, un viaje a través del cosmos en un planetario de última generación, dinosaurios en tamaño real, enormes laberintos. Esas son algunas de las propuestas de Tecnópolis —el parque temático de ciencia, tecnología y arte más importante de Latinoamérica, ubicado en Buenos Aires—, que la semana pasada recibió a los seis estudiantes ganadores del Congreso Nacional de Investigación Escolar.
La fase final de la gran competencia de proyectos científicos, que el año pasado se llevó a cabo en la Universidad de Concepción, premió a las mejores investigaciones de alumnos de educación media de todo el país. Por eso, este martes 8 de octubre los tres equipos ganadores —de las regiones de Biobío, Los Lagos y Aysén— viajaron junto a sus profesores guía a la capital argentina. Durante cuatro días, tuvieron la oportunidad de conocer sus principales paseos turísticos, así como tener un encuentro con el embajador de Chile en Argentina.
Krishna Sepúlveda y Almendra Bravo, del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de San Carlos, fueron dos de las estudiantes que cruzaron la cordillera, luego de quedarse con el primer premio del certamen nacional gracias a su investigación Alstroemeria sp.: Una solución antimicótica natural. Su gran logro, bajo la coordinación del profesor Julio Irribarra, fue comprobar que esta planta sudamericana es capaz de combatir el hongo de la fruta. El viaje a Tecnópolis, cuentan, les permitió seguir acercándose a la ciencia de forma entretenida.
—Fue una experiencia increíble, y pudimos conocer a otros grupos de jóvenes científicos que nos acompañaron durante el viaje. Tecnópolis te permite ver la ciencia de otra manera. No es una ciencia que uno pudiera encontrar aburrida, sino que todo es muy lúdico —dice Almendra Bravo, de 17 años, cuyas muestras favoritas fueron las de realidad virtual.
También fueron parte del viaje Fernanda Lagos y Catalina Toledo, del Colegio Pumahue de Puerto Montt, reconocidas con el segundo lugar por su Censo de biodiversidad de aves en un humedal costero del sur de Chile. Una vez por mes, evaluaron la biodiversidad de aves en el sector de Coihuín, a 5 kilómetros del centro de Puerto Montt. Al terminar el estudio, con la guía del profesor Carlos Bravo, lograron identificar 81 especies y 34 familias de pájaros.
—Haber viajado a una de las ciudades más emblemáticas de Latinoamérica fue maravilloso. La ciudad está llena de cultura, todas las tradiciones se encarnan en ella. Es un incentivo poder salir del país, viajar en avión, conocer otra ciudad, otra cultura, es súper enriquecedor —dice Fernanda Lagos, de 16 años. Sus exhibiciones favoritas fueron las de paleontología, y también una muestra llamada Bichos que, mediante insectarios, réplicas de colmenas y hormigueros, le permitió adentrarse en el mundo de los pequeños invertebrados.
La creación de un dispositivo de emergencia para el hogar, diseñado para personas con discapacidad, llevó a Fernanda Muñoz y Mario Mayorga a ganar el tercer lugar del congreso nacional. Los estudiantes del Liceo Bicentenario San José UR de Puerto Aysén crearon una botonera con wifi que, en instantes, envía un correo electrónico y activa una alarma en las dependencias del SAMU, Bomberos y Carabineros. La Agrupación de Sordos de Coyhaique la evaluó como una iniciativa “sencilla y a su vez poderosa”.
Para Mario Mayorga, de 16 años, el viaje a Tecnópolis fue una experiencia enriquecedora.
—Uno aprende divirtiéndose, porque los stands te explican de una manera súper simple y visual temas como la evolución humana o las energías. Una de las exposiciones que más me gustó fue sobre la historia de los videojuegos, que tenía consolas desde 1985.
Un viaje como ése, asegura el estudiante de Puerto Aysén, es una motivación para que los jóvenes chilenos continúen adentrándose en el fascinante mundo de la ciencia y tecnología.
Fotos: Ministerio de Ciencia de Argentina