• Proveniente de La Serena, esta profesora de Biología y Ciencias Naturales creó una academia científica en su colegio rural altamente vulnerable, donde sus alumnos tienen la posibilidad de aprender los conocimientos que ella adquirió luego de participar en los campamentos del Programa Explora de CONICYT.

Suehellen Aguirre Bórquez (32) tiene una gran vocación científica y académica. Lleva diez años en la sala de clases, tiempo en el que ha notado la falta de innovación respecto a la enseñanza en ciencias naturales, que requiere ser más cercana y entretenida. Esa fue su conclusión luego de participar en los Campamentos de Ciencias para Profes Explora Va, del Programa Explora de CONICYT desarrollados en enero y junio.

“A raíz de estas capacitaciones me nace la necesidad de crear una academia en mi escuela. Lo que pude internalizar en estos campamentos es que la ciencia está muy cerca de nosotros y en casi todo lo que hacemos. Muchas veces los niños ven esto como algo inalcanzable, pero se han dado cuenta de que a través de la observación y la capacidad de explorar pueden lograr grandes cosas”, explica la profesora Aguirre.

El Colegio Islón, establecimiento educacional dependiente de la Corporación Municipal Gabriel González Videla, está ubicado cerca de Coquimbito, un sector rural de La Serena, y alberga a 106 alumnos. No cuentan con un laboratorio científico, pero han hecho de la naturaleza que los rodea su espacio. “Somos una escuela altamente vulnerable, no tenemos los recursos para implementar una sala con grandes instrumentos, como microscopios, pero sí se hace ciencia desde el punto de vista de la observación de los niños y su curiosidad. Estamos también en el proceso de elaborar nuestros propios artefactos con material reciclado”, comenta. 

Esta academia científica se realiza todos los miércoles entre 16:00 y 17:30 horas, con alumnos de primero a octavo básico, y comenzó a operar en junio, días después de que Suehellen regresara del campamento de Mejillones, Antofagasta. “Está enfocada en el método de indagación, de qué quieren aprender y saber. A medida que ellos me preguntan vamos estudiando el ambiente y desarrollando la metodología en conjunto, sobre plantas y suelo, por ejemplo”, detalla la docente. 

Una de las clases favoritas de los alumnos fue cuando crearon jabones para lavar la ropa utilizando el aceite que se desechaba en sus casas, con el objetivo de evitar que, por la falta de alcantarillado en el sector, estos residuos se lancen en los pozos, contaminando el agua y la tierra. Así, los escolares pudieron ser conscientes de la importancia de reducir la contaminación de su entorno. 

“Con este ejemplo, compruebo que no senecesitan grandes instalaciones ni recursos para hacer ciencia, porque está presente en todas partes y cualquier profesor la puede enseñar. Es cosa de articularlo un poco y usar la creatividad”, señala. 

Agrega que le gustaría “motivar a los colegas de todas las asignaturas a que se capaciten y asistan a estos campamentos porque no están diseñados ni enfocados 100% a los profes de ciencia. Al de música o arte se le enseña cómo relacionar esto con su materia. Los llamo a informarse más y a participar porque es una experiencia única y muy útil”.

Vocación por la ciencias y su enseñanza

La joven docente es la encargada de convivencia escolar en el colegio y, además, hace clases a los alumnos de sexto básico. Su iniciativa personal la llevó a presentarle este proyecto al director, el cual fue muy bien recibido por toda la comunidad escolar. “Quise crear esto porque mi corazón siempre está en el aula y la ciencia. Creo que muchas veces las brechas las pone uno. La educación pública es desigual versus la privada respecto al apoyo económico, pero a la hora de hacer ciencia no veo grandes diferencias”. 

Además, con esta academia, Suehellen espera que las niñas la vean como una herramienta que tienen al alcance de su mano y que también pueden hacer ciencia. “Recuerdo que cuando estudiaba siempre vi a la ciencia como algo más relacionado a los varones, porque la sociedad la muestra así, por eso estoy intentando  incorporar a las alumnas, mi taller está bien equilibrado en ese sentido. Este mundo no tiene que ser solo para hombres, al contrario, las mujeres siempre hemos estado presentes en la historia científica, que no se nos haya reconocido es otra cosa”. 

La docente destaca la importancia del aporte femenino en esta disciplina y una sensibilidad para descubrir nuevas cosas. “Las mujeres tenemos ese sexto sentido y capacidad de ir un poquito más allá con la intuición, que es muy importante a la hora de hacer ciencia. Las capacidades de ellas son iguales a la de los chicos”, explica.