El bioquímico y genetista Mauricio Moraga es parte del Programa de Genética Humana del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile, y ha desarrollado una línea de investigación basada en el estudio de descendencia materna a partir de ADN mitocondrial (material genético que se encuentra dentro de la mitocondria) en poblaciones nativas y mestizas chilenas.
Comenzó en su tesis de pre-grado y, desde ese entonces, ha analizado movilidad poblacional, estructuras y poblamiento en Chile y América. En este nuevo proyecto de investigación, financiado por CONICYT, busca rastrear linajes amerindios, es decir, de las culturas ancestrales.
Los anteriores estudios del investigador se centraban en examinar a la población nativa, es decir, aquella que se vincula con un componente de pueblo originario americano. La investigación en cuestión toma en cuenta que, a la llegada de los europeos, estos se mezclaron de manera asimétrica con los habitantes locales (hombres europeos con mujeres indígenas), por lo tanto, casi todos los ADN mitocondriales de los chilenos mestizos tienen un importante componente indígena.
“Muchos de los individuos de distintas partes de Chile, independiente de su estrato social, tendrán en sus mitocondrias material genético de origen indígena –80% o 90% dependiendo de la ciudad-. Puedes tener a alguien que tenga mucho de europeo o mucho de africano, pero que tiene el ADN mitocondrial amerindio porque la abuela, la bisabuela o la tatarabuela del lado materno es amerindia”, explica el investigador.
Entonces, la estrategia que se plantea es pesquisar a los chilenos comunes y corrientes. Si bien no es el fin último del estudio, se espera que la información que se obtenga revele que poseemos cerca de un 85% de ADN mitocondrial indígena. “Hay gente que tiene fenotipo muy occidental, pero presenta estos genes aborígenes, y esto nos muestra que el proceso de mezcla es muy profundo en la historia de Chile, dado que ocurrió en los primeros 70 o 100 años posteriores a la llegada de los españoles”, indica el doctor Moraga.
Técnicas para mirar al pasado
En términos metodológicos, la investigación utiliza técnicas avanzadas de secuenciación como NGS (next-generation sequencing o secuenciaciones de nueva generación), que permite trabajar con miles de pequeños fragmentos de material genético a la vez. Esto permitirá analizar los más de 16.000 pares de bases presentes en el ADN mitocondrial, en cerca de 400 muestras elegidas, de un total de 3.000 que se estudiarán, superando con creces a las investigaciones predecesoras.
El científico explica las ventajas del estudio a partir de material genético heredado por descendencia materna para el seguimiento de linajes: “Cuando tú miras un ADN mitocondrial de una persona de hoy, éste tiene las mutaciones que ha ido ganando desde que partió en algún lugar del mundo hace mucho, muchísimo tiempo. Te permite ver hacia el pasado de las poblaciones”.
Si bien, esta investigación llamada “Del poblamiento inicial del continente a la diferenciación geográfica regional: un estudio diacrónico de linajes maternos en poblaciones humanas de Chile”, no está enfocada en estudio de mestizaje propiamente tal, lo que sí evidencia el proyecto es el componente indígena presente en la población mestiza actual. “Nos revela estas tatarabuelas que casi todos tenemos, y que la sociedad chilena –depende del estrato, del contexto cultural– reconoce a veces y en otros casos, niega”, plantea el doctor Moraga.