En mayo se inaugurará Cerro Dominador, la primera planta termosolar de Latinoamérica, que aprovechará el Sol del desierto de Atacama para generar electricidad. El proyecto acercará a Chile a cumplir la meta de generar un 100% de energía limpia para 2040.

 

Son como girasoles. Los más de diez mil espejos, llamados heliostatos, miden 140 metros cuadrados y seguirán, como esas flores, la trayectoria del Sol durante el día. De esa forma, mediante un efecto lupa, reflejarán la radiación solar a un pequeño receptor en lo alto de una torre de hormigón de 250 metros de altura. Allí, sales fundidas producirán vapor para mover una turbina de 110 megavatios, que inyectará energía al Sistema Eléctrico Nacional. Así funcionará desde el próximo año Cerro Dominador, la primera planta termosolar de Latinoamérica y uno de los proyectos de energía renovable más potentes del país.

La planta, que cada año reducirá el equivalente a las emisiones de 360 mil autos, está ubicada cerca de Calama, en la comuna de María Elena, en la región de Antofagasta. Allí, en ese desierto que es como Marte en la Tierra, se produce la radiación solar más fuerte del planeta. Eso, sumado a la gran cantidad de días soleados —unas 4.000 horas de Sol al año— y a la extrema sequedad del aire, lo convierten en el mejor lugar del mundo para proyectos de este tipo.

—En el caso del Cerro Dominador tenemos 3.300 kilovatios por metro cuadrado —dice Francisco Vizcaino, director de proyecto—. Es el valor más alto del planeta. La última planta que construimos en Marruecos, por ejemplo, es de 2.600. Eso muestra que Atacama es mejor que cualquier desierto y por eso le decimos “el paraíso”.

La construcción del proyecto finalizará en mayo de 2020.

Tras seis años de construcción —a cargo de las empresas españolas Acciona y Abengoa— el complejo solar de 1.000 hectáreas estará totalmente operativo a fines de mayo de 2020. Cerro Dominador será capaz de generar energía suficiente como para alimentar 250.000 hogares, gracias a sus dos plantas: una fotovoltaica tradicional y otra termosolar de concentración. Esta última tecnología, que llegó por primera a Latinoamérica, se ha implementado en países como España, Estados Unidos, Arabia Saudita y China, y su ventaja es ser capaz de funcionar cuando el sol ha desaparecido, durante la noche o incluso en días nublados.

El proyecto, que se aprobó en 2013 y fue licitado por el gobierno a través de Corfo, será un paso clave para la meta que se ha propuesto el país: producir un 100% de energía limpia para 2040. En junio de este año, el presidente Piñera presentó un Plan de Descarbonización que para entonces habrá cerrado, de forma progresiva, todas las centrales de carbón. La meta es bajar un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a cinco años, y que en 2050 Chile sea carbono neutral. Hoy, el carbón representa un 40% de la matriz energética.

 

La planta, que cada año reducirá el equivalente a las emisiones de 360 mil autos, está ubicada en la comuna de María Elena, en la región de Antofagasta. Allí, en ese desierto que es como Marte en la Tierra, se produce la radiación solar más fuerte del planeta, durante unas 4.000 horas de Sol al año y con una sequedad extrema del aire.

 

—Chile tiene todas las condiciones para seguir adelante con las energías renovables y ser un ejemplo para Sudamérica. Ya lo está siendo con las inversiones en energía fotovoltaica —dice Vizcaino—. Es una fuente que existe de sobra en el país y debe ser canalizada, no solo para convertir la matriz energética, sino para ser capaz de exportar a los países vecinos.

Según la edición de este año del ranking Climatescope, realizada por Bloomberg, Chile es el mejor país de Latinoamérica para desarrollar proyectos de energías renovables y el segundo del mundo, después de la India. En gran parte, por contar con un enorme laboratorio natural, impulsar la descarbonización y tener estabilidad económica para grandes inversiones. En el caso de Cerro Dominador, la inversión superó los 800 millones de dólares, los cuales fueron aportados por el fondo norteamericano EIG Global Energy Partners.

La tecnología termosolar de concentración funciona también durante la noche o incluso en días nublados.

Darío Morales, director de Estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA), dice que una particularidad de Chile, que tienen muy pocos países, es el potencial para generar energía eléctrica a partir de todas las fuentes renovables: eólica, biomasa, geotérmica, energía de los mares y distintas formas de generación solar.

—Ese potencial energético está distribuido a lo largo de casi todo el territorio. Por eso debemos aprovechar esos recursos únicos que tenemos a nivel mundial —dice.

En el último tiempo, de hecho, Chile ha sido el país que más ha aumentado su generación de energía solar en el planeta: más de 750 veces entre 2013 y 2018. Junto a la energía eólica, hoy es una de las principales energías renovables del país. Según ACERA, en octubre de 2019, el 23% la energía producida en el país provino de fuentes renovables. Sin embargo, dice Morales, la producción de energía eléctrica aún genera cerca de un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Chile. Por eso, cree, es urgente atacar este problema.

—Si queremos llegar a un meta de 100% de energías renovables para la matriz eléctrica, hay que ver cómo suplimos ese porcentaje que hoy día es producido por combustibles fósiles. Ahí es donde Cerro Dominador tiene un rol extremadamente relevante —dice.

Se calcula que, si Chile desarrollara suficientes proyectos de energía solar, con sólo el 1% del desierto de Atacama se podría abastecer a una gran parte del país. En el futuro, quizás, eso sea posible: actualmente existen planes para seguir construyendo nuevas centrales solares en el norte y aprovechar así la potencia del Sol en el desierto más árido del planeta.

 

Texto: Rafaela Lahore