Columna escrita por Sonia Pérez Tello, jefa de la División Ciencia y Sociedad del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Publicada en el medio digital, El Dinamo.
En el mes de agosto, al mismo tiempo que se conmemora el descubrimiento del oxígeno y el telescopio de Galileo, Chile celebra los 27 años del Programa Explora, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Quienes han participado de la historia de Explora, pueden dar testimonio de la importancia de su misión. Desde 1995, cuando fue creado al alero de Conicyt, el desarrollo científico y tecnológico del país comenzó a contar con un eslabón que lo une a la educación escolar en una gran cadena del conocimiento. Y si bien, muchos países generan programas de educación científica temprana, para sostener las investigaciones del futuro, el nuestro creó este programa para hacerse cargo también de un presente escolar que le daba escaso valor a la curiosidad científica, acercando los últimos descubrimientos a niños, niñas y jóvenes en edad escolar.
La enseñanza interactiva es apoyada a través de distintos instrumentos y estrategias que se colocan a disposición de los establecimientos educacionales y jardines infantiles: laboratorios, academias, campamentos, clubes, congresos, han dado vida a la forma en que Explora invita y motiva a crear soluciones tecnológicas, a investigar e innovar dentro de la escuela.
El 2006 Explora extendió su trabajo a todo el país, con una presencia regional que pocos programas ministeriales logran mantener por tanto tiempo. ¿El secreto de su permanencia? La función de las y los docentes y educadores/as de párvulos, su motivación, ha sido el corazón pulsante que debe ser reconocido más allá de las cualidades personales, potenciado en su autonomía. También el compromiso educativo de los equipos regionales, que han logrado convertir a investigadoras/es en pedagogas/os y a estudiantes en investigadoras/es.
En cada territorio, hoy se enfoca a fortalecer las competencias en Ciencia, Tecnología Conocimiento e Innovación (llamadas competencias CTCI), ampliando con ello el conocimiento experimental para integrar las ciencias sociales, la investigación en artes y humanidades, las habilidades reflexivas y el pensamiento crítico. Es a través de este modelo que se capacitan educadoras/es de distintos niveles educativos, para mediar aprendizajes inclusive en la niñez de primeras edades.
Participantes de esta ruta han vivenciado actividades de alcance regional y nacional: semanas de la ciencia, ferias científicas, festivales, charlas, campañas y exposiciones. Seguramente han disfrutado los materiales didácticos, álbumes, libros y revistas, aplicaciones y hasta videojuegos. Además, la participación en el programa permite, gracias a las gestiones con Cátedra UNESCO, que jóvenes opten a cupos de ingreso especial a la Universidad.
Así, con un seductor imperativo, se invitó a explorar el mundo de las ciencias e innovación de manera interactiva, despertando la curiosidad, el interés y la apropiación del desarrollo científico y tecnológico, en tiempos en que promover una cultura científica en el país no era cosa fácil, pues la ciencia estaba destinada a ser propiedad del exclusivo grupo social que accedía a la educación superior.
Hoy, la necesidad de valorar y divulgar la ciencia y la tecnología se conjuga con la imperiosa necesidad de democratizarlas, desde una perspectiva inclusiva y de derechos. Chile no puede cometer el error de excluir (aunque sea por omisión) a las diversidades de género, capacidades, etnia, cultura de origen, edad, territorios. Explora se compromete a articular sus instrumentos y adaptarlos para responder fielmente a estos principios.
Porque los problemas que actualmente debemos enfrentar son más complejos, sobre todo después de la pandemia: dos años de educación a distancia dieron como resultado un agravamiento en las desigualdades de aprendizaje, más fuerte mientras más vulnerable es el establecimiento escolar. Asimismo, la superposición de problemas sociales, ambientales, biológicos y psicológicos evidenciados por la crisis sanitaria, demandan nuevas metodologías científicas y nuevas preguntas de investigación.
Son otros tiempos y otros los saberes necesarios para enfrentarlos como humanidad, ya no solo como escolares.
Es por ello que la misión de aportar a la democratización conlleva, para este período de maduración del programa, dos nuevos compromisos: fortalecer las capacidades transdisciplinares y colaborativas en las competencias CTCI y generar conocimientos para la sostenibilidad y regeneración de los sistemas humanos y naturales.
No podemos olvidar que crecer en ciencia, tecnología e innovación es considerado un pilar ineludible para el desarrollo de los países. Pero tampoco podemos olvidar que ser parte de la historia de ese crecimiento es también pilar fundamental para el desarrollo de las personas. Es digno de reconocimiento entonces, el gran trabajo que han realizado los equipos del programa Explora para mostrar que ambas caras valen la misma moneda.
Gracias a este programa, hay toda una historia aún por explorar.
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