La combinación de tormenta con frío extremo congeló la lluvia sobre la capital y dejó preciosas imágenes de un Santiago nevado. Sin embargo, los expertos especifican que lo que cayó es una mezcla entre nieve y granizos llamada graupel. Sucesos atmosféricos que regresarán en ésta y las próximas estaciones comprendidas entre junio y agosto en la capital.
La semana más helada en lo que va del año es la que vivimos los habitantes de la zona centro sur del país, con temperaturas mínimas bajo cero desde Coquimbo hasta Los Ríos. Este frío extremo sumado a un sistema frontal provocó la nevazón que sorprendió a los santiaguinos este lunes por la tarde. Un manto blanco que cubrió a las comunas céntricas y cordilleranas con pequeños cristales de hielo.
Uno de los aspectos más discutidos de este fenómeno fue dilucidar si se trató de copos de nieve o sólo granizos. El investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile –financiado por CONICYT-, doctor Martín Jacques Coper, aclara que, técnicamente, es un fenómeno climático llamado graupel, a medio camino entre la nevada y la granizada, provocado por la disminución extrema de las temperaturas.
“En esta ocasión, el acercamiento de un anticiclón favoreció la llegada de aire muy frío a Santiago, proveniente del Océano Pacífico. Un factor importante que determina la temperatura en el centro del país -especialmente en invierno, que para la comunidad científica es una estación que comprende los meses de junio, julio y agosto- es la circulación atmosférica de gran escala, es decir, los movimientos de la atmósfera en el rango de cientos a miles de kilómetros, que pueden mover masas de aire relativamente cálidas o frías”, explica el doctor en Ciencias del Clima.
Desde la Dirección Meteorológica de Chile, añaden que la isoterma cero es otro factor promotor de la nevisca que llegó hasta el Palacio de La Moneda. Éste corresponde al límite donde la temperatura del aire es de cero grados, haciendo que las precipitaciones se transforman de líquidas a sólidas, es decir, que la lluvia se convierta en nieve.
Las olas polares habrían llegado para quedarse en las estaciones de otoño e invierno en el Hemisferio Sur, por lo que este acontecimiento climático podría regresar durante los próximos años, agrega el doctor Coper.“Estamos en la época del año en que se favorecen las condiciones para que estos sistemas de circulación -antes mencionados- puedan alcanzar latitudes subtropicales, en donde está ubicado Chile Central. Por lo tanto, no es descartable que se repita un evento como el que hemos observado recientemente”, indica.
Por otra parte, los efectos del cambio climático hacen prever que estos eventos extremos aumenten tanto en frecuencia como en intensidad. Sin desmerecer que ha nevado muchas veces antes en Santiago, según advierte el investigador del (CR)2. “El hecho de que la temperatura descienda considerablemente en la capital, incluso a valores bastante por debajo de cero, es algo poco frecuente pero que sí ha sucedido históricamente. En particular, los eventos de nieve han ocurrido en varias ocasiones desde que tenemos registros. Durante el siglo XX hubo 28 eventos de nieve en el centro de Santiago, por ejemplo. En promedio, se espera nieve cada 1 a 4 años; sin embargo, ha habido décadas en que dos eventos consecutivos están mucho más alejados que ese valor”.
¿Habrá que acostumbrarse a nevazones en la ciudad?
“Respecto a si acaso tendremos más episodios de nieve en Santiago, debo mencionar que eso aún es objeto de estudio. La estadística y el análisis de eventos extremos es compleja, justamente porque, por definición, contamos con un conjunto muy restringido de casos para analizar”, opina el científico.