Profesoras, científicas e investigadoras que participan de los diversos proyectos y actividades del Programa Explora de CONICYT, suman a su labor una tarea personal para enamorar a las niñas con el mundo del saber.
Promover la inclusión de las niñas y destacar el rol de las mujeres en la multiplicidad de áreas del conocimiento, es un desafío constante para quienes buscan que haya más participación femenina en ciencia y tecnología. Un ejemplo es el Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia, instaurada por las Naciones Unidas.
En ese contexto, un grupo de investigadoras, profesoras y comunicadoras que participan en las actividades del Programa Explora de CONICYT, entregaron su visión respecto a cuán desafiante es encantar a las más pequeñas y mostrarles que ser las científicas del futuro sí es posible.
Una iniciativa ideada por mujeres y dirigida específicamente a este grupo es Julieta en la Tierra de Las Niñas. Este producto, desarrollado en el marco del concurso de Valoración y Divulgación de la Ciencia y la Tecnología 2015 del Programa Explora, busca estimular la exploración de la naturaleza y registrar observaciones en una bitácora, para luego hacerse preguntas y buscar sus respuestas.
“Julieta nace de nuestra propia infancia, la de todas las mujeres del equipo, quienes compartimos una niñez donde la gama de juguetes se limitaba al cuidado del hogar y los hijos. Una realidad que no ha cambiado en 30 años. No existe un acceso popular a artefactos para niñas que estimulen otros imaginarios, distintos a las labores de la casa. Eso nos motivó a trabajar en ese vacío, mostrar que había otras posibilidades y lograr una ventana donde exponer roles diferentes”, dice Sofía Otero, directora del proyecto.
Escogieron el quehacer científico. “Es importante que desde un comienzo se tenga acceso a la mayor cantidad de mundos posibles. Por lo tanto, presentar la ciencia como uno de ellos es súper interesante, entretenido y valioso para enriquecer la mirada de una alumna en formación”, agrega Sofía.
Esta motivación está presente también en el corazón del instrumento Explora 1000 Científicos 1000 Aulas (1000c1000a), donde expertos son convocados a compartir su experiencia personal y profesional en escuelas de todo Chile. Aquí, la participación de mujeres ha aumentado entre 2009 y 2017, totalizando unas 2.550 investigadoras, que corresponden al 40,3% del total.
“Personalmente, creo que cualquier mujer que se dedique a un área dominada en número por el sexo opuesto, tiene el deber de visibilizarse cada vez que sea posible. Que las investigadoras expongan en el aula y cuenten su historia personal y profesional ante las estudiantes, genera un impacto positivo en las niñas, ayudando a cambiar su percepción de las carreras científicas”, comenta Lilian Gutiérrez, magíster en Biotecnología y diplomada en Comunicación de la Ciencia.
Esta joven investigadora participó durante 2015 de 1000c1000a en dos escuelas de Quilicura, con alumnas y alumnos de enseñanza Básica y Media (colegios Juan Luis Undurraga y San Adrián). “Fue un ejercicio entretenido e inolvidable. Participar en ésta y otras instancias con escolares, fue el precursor de la decisión de dedicarme a la educación científica. Llevar información actualizada y experiencias a los niños, niñas y adolescentes es clave para formar ciudadanos con pensamiento crítico. No necesariamente hay que dedicarse a las ciencias para llegar a pensar como uno”, añade Lilian.
Para Constanza Schapheer, magíster en Ciencias con mención en Entomología, quien acaba de obtener una beca CONICYT para seguir un doctorado en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias en la Universidad de Chile, la experiencia de colaborar en 1000c1000a también implica llevar algo más que conocimientos al aula.
“Es muy trascendente que más investigadoras participen en este tipo de actividades. Principalmente para romper el estereotipo del científico ‘hombre mayor de bata blanca’, con el objetivo de que los más chicos conozcan el trabajo de mujeres en diversas áreas del conocimiento. Me parece algo muy necesario y si eso puede despertar alguna vocación en ellas, mejor todavía”, indica Constanza, quien compartió con el cuarto básico del Colegio Fernández León de San Antonio, en la Quinta Región, y desde ese momento siguió realizando actividades en escuelas.
Profesoras inspirando a sus alumnas
En esta cruzada, las docentes también juegan un rol fundamental. Quienes se suman a otras iniciativas del Programa Explora, como los Congresos de Ciencia y Tecnología; y en los Campamentos de Ciencias para Profes.
Una de ellas es la profesora Norys Villarroel, del Colegio Leonardo Da Vinci de Coquimbo, quien participó con sus pequeñas pupilas de sexto básico, Francisca Aguirre y Danae Varela, en la última versión del Congreso Nacional Escolar de Ciencia y Tecnología del Programa Explora, con la investigación “Sal de algas: luchando contra la hipertensión”. Aquí, las niñas propusieron combatir esta enfermedad haciendo sal a base de lechuga de mar (Ulva lactuca).
“Lo impresionante es que yo sólo guíe la estructura del proyecto, ellas hicieron todo solas, es su esfuerzo, trabajo y dedicación lo que las llevó hasta Arica”, explica Norys, quien tiene una larga experiencia asesorando a sus alumnas y alumnos en las actividades regionales del PAR Explora. Las futuras científicas quieren ampliar su investigación el próximo año hasta lograr producir efectivamente esta sal.
“Están empoderadas y les gusta la ciencia, me dijeron que yo no iba a descansar hasta que salieran de 3º medio, porque iban a participar todos los años en el Congreso”, asegura la profesora de Ciencias Naturales.