El Instituto Antártico Chileno anunció la convocatoria a la XVI Feria Antártica Escolar, que llevará a los ganadores a conocer la ciencia chilena en el Continente Blanco.
Todavía hay quienes imaginan el Continente Antártico como un lugar vacío, poco más que un desierto enorme, blanco y congelado. Pero los estudiantes chilenos saben que eso no es así; que en la soledad de sus fiordos, canales y glaciares se esconde el laboratorio natural más grande del planeta, repleto de ecosistemas únicos y expuestos a las condiciones más extremas. Un lugar, por tanto, ideal para hacer ciencia. Por eso, en los últimos 15 años han presentado 1.600 proyectos a la Feria Antártica Escolar, organizada por el Instituto Antártico Chileno y apoyada por el Programa Explora de CONICYT, que premia a aquellos estudiantes con mejores iniciativas para investigar en el fin del mundo.
Este año no será la excepción. Hace dos semanas se abrió la convocatoria para esta feria, que en su edición 2018, recibió la postulación de 150 propuestas, que involucraron a más de 450 personas. Serán tres categorías, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Desarrollo Tecnológico, y los equipos ganadores formarán parte de un viaje a la isla Rey Jorge, en la Antártica, para conocer algunas de las 106 investigaciones desarrolladas por científicos de Chile. Los estudiantes se hospedarán en la Base Julio Escudero del INACH, y conocerán instalaciones de países como China, Corea del Sur, Rusia, Argentina o Uruguay.
—Habrá un jurado científico multidisciplinario, formado por varias instituciones, y también existirá uno ciudadano, compuesto por profesionales de Punta Arenas, que evaluarán la capacidad de comunicar y de vincular los proyectos con el desarrollo de la región —explica la bióloga Paulina Rojas, jefa de Comunicación y Educación del INACH—. Será tan importante la rigurosidad, como presentar un proyecto que convoque a la gente.
Uno de los requisitos para conformar los equipos —que deben cursar la enseñanza media en cualquier tipo de institución educativa y contar con un profesor guía—, será incluir a alumnos de establecimientos de dos regiones distintas. La idea detrás este requerimiento es preparar a los estudiantes para las condiciones de cooperación internacional en que se suele desarrollar la investigación antártica y, de forma creciente, los proyectos científicos en general.
—Tiene que ver con cómo funciona la colaboración científica en un continente tan inhóspito, en que tienes que colaborar para sobrevivir. Estamos aspirando a que conozcan ese modelo desde temprana edad, que también será la lógica de la ciencia del futuro, y que no es fácil: hay que saber usar la tecnología y conectarse —dice Rojas, quien es la directora de la feria.
Los equipos deberán presentar el desarrollo para una pregunta de investigación que no haya sido resuelta, o una solución tecnológica que responda a un problema del Continente Blanco, y llenar un formulario que será publicado en el sitio del evento, desde el 6 al 31 de mayo.
Los finalistas podrán asistir a la XVI Feria Antártica Escolar, que se realizará en junio en Punta Arenas, con motivo de la llegada del solsticio de invierno. En esta fecha, muy especial en el territorio antártico, se produce la noche más larga del año y los investigadores intercambian gestos de fraternidad, para celebrar la supervivencia ante el frío que se acerca.