Desde generaciones que el currículum nacional escolar de Chile contempla temas relacionados a la crisis climática y la importancia de prácticas sustentables para cuidar de nuestro planeta. De esta manera, el foco principal de esta iniciativa es educar y empoderar a las y los estudiantes del país en diversas temáticas de sustentabilidad.
Es así como se puede generar una conciencia ambiental en futuras generaciones, permitiendo el apoyo a medidas que puedan paliar la crisis climática y proteger la biodiversidad. “Es fundamental, a lo largo de la historia ha sido el principal motor del cambio”, enfatiza Felipe Kong, geógrafo y Académico Pedagogía en Educación General Básica de la Universidad Diego Portales (UDP).
“Estar educado te permite tomar mejores decisiones y resolver problemas. Especialmente en estos tiempos complejos y desafiantes en lo social y ambiental. La educación escolar brinda a niños, niñas y adolescentes un espacio de reflexión y socialización, donde la empatía, la coexistencia y las distintas maneras de ver el mundo contribuyen a formar una ciudadanía activa y comprometida con el planeta”, complementa Kong sobre el valor de que estas temáticas se aborden en la sala de clases.
Aunque el grueso de la acción ambiental se toma fuera del aula. Diversos son los talleres o cursos extraprogramáticos que los establecimientos de norte a sur ofrecen a los y las estudiantes para especializarse más en estos temas. Entre estos se encuentra el programa Explora, que por medio de sus instrumentos permite que niños, niñas y adolescentes comprendan sus entornos y generen proyectos a fin.
El Programa de Indagación para Primeras Edades (PIPE) tiene como objetivo principal desarrollar competencias científicas en niños y niñas desde los 0 a 5 años. Por medio de recursos didácticos que son entregados a los y las parvularias, quienes reciben además capacitaciones para ejecutar estos módulos, cientos de infantes se ven beneficiados descubriendo y comprendiendo sus entornos.
Estos módulos de actividades comprenden las disciplinas base de toda ciencia: Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Tecnología. Y entre los diversos juegos y tareas que cada área contiene, existen un foco por el cuidado del ambiente. Así cómo en el módulo “En el jardín de la abuela Clorofila”, donde se enfatiza la importancia de la conservación y cuidado de la biodiversidad, o en el módulo “Refugio animal, al cuidado de los animales”, en dónde se enseña el valor de tener una vida sustentable y amigable con las otras especies que conviven en el planeta.
Para Felipe Kong este tipo de iniciativas “ayudan mucho, ya que permiten el desarrollo socio científico, que bien conducido favorece una mirada ética y llena de valores”, lo que es esencial y “muy necesario en el actual contexto de crisis”, agrega el experto en educación.
Estos módulos son contemplados desde Explora como una base fundamental para la generación de una conciencia medioambiental. Sin embargo, y debido a que este instrumento trabaja con niños y niñas de primera infancia, es necesario manejar un lenguaje acorde para no generar ninguna preocupación sobre la crisis climática.
Esto debido a que varios niños, niñas y adolescentes han generado ecofobia, por la comunicación alarmante y poco empática de los problemas medioambientales. Este cuadro psicológico es bastante reciente, pero provoca un miedo y/o rechazo irracional al medio ambiente a causa de una preocupación excesiva que genera una visión negativa de estos temas.
“Es quizás otra pandemia oculta”, explica Kong agregando que “somos seres vivientes llenos de necesidades y de energías, que necesitamos del contacto con la naturaleza para sobrevivir. Entender eso es vital. Nos olvidamos de nuestro rol como especie en este mundo. Estamos llenos de noticias falsas, que solo generan más ignorancia y lo peor aún, miedo”.
Y aunque generar conciencia medioambiental es esencial para combatir la actual crisis, también es fundamental la forma en cómo comunicamos esta situación a los niños y niñas. Desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, en colaboración al Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad, Centro de investigación del Abuso y la Adversidad Temprana de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Fundación para la Confianza, desarrollaron la “Guía para apoyar a niños y niñas frente al cambio climático”.
Este libro didáctico busca ayudar a padres, madres y docentes de diferentes etapas escolares a cuidar las emociones de niños y niñas al momento de abordar temáticas medioambientales y de crisis ambiental. Y así, además de combatir esta crisis, también impedir esta nueva fobia.
Una educación medioambiental bien comunicada es capaz de que los niños pasen de una posible fobia a querer tomar acción propia para cuidar al planeta. Y es ahí donde entra en juego otro instrumento de nuestro programa.
El instrumento de Investigación e Innovación Escolar (IIE) es una iniciativa que busca que estudiantes de todo el país desarrollen diversos proyectos de disciplinas científicas en conjunto a un docente guía y asesor científico/a.
Y si bien este instrumento no busca directamente que los proyectos sean sobre temáticas medioambientales, si se genera un notable número de equipos que buscan generar soluciones sustentables a problemáticas que afectan a su comunidad. De esta forma la conciencia ambiental genera una acción efectiva para combatir la crisis climática.
“La conciencia ambiental viene de la mano con el desarrollo de una habilidad de pensamiento superior. Es pensar en lo que está sucediendo en nuestro entorno socionatural y cuáles son sus consecuencias en diversas dimensiones de la vida”, explica Felipe Kong sobre el porqué se reiteran temáticas en los proyectos IIE.
Y esta tendencia quedó mucho más clara en la diversidad de proyectos que participaron de la última edición del Congreso Nacional Explora, donde de norte a sur destacaron equipos que buscaron soluciones sustentables a distintas problemáticas.
Para el docente de Educación General Básica, esta situación se da ya que IIE representa “un espacio de diálogo, pensamiento y rigurosidad científica que alejan a los estudiantes y sus comunidades educativas de falsas realidades”, y acercando a los niños, niñas y adolescentes a sus entornos.
Y lograr esa conexión con la biodiversidad que nos rodea es fundamental para generar cambios y acciones que logren solucionar la crisis climática. De esta forma avanzamos hacia un futuro más sustentable y amigable con nuestro planeta y toda su biodiversidad.
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