Fue a mediados del 2016 cuando el académico e investigador de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Francisco Javier Gil Llambias, llegó a las oficinas del programa Explora para exponer un problema en las postulaciones de los estudiantes a la educación superior. Sin embargo, su intervención no solo quedó en el análisis, su visita incluía una propuesta para aportar a la solución del problema.
“Ahí se presentó Francisco y él traía bajo el brazo un estudio que había hecho la Cátedra UNESCO de la USACH sobre la desigualdad de acceso a la educación superior”, recuerda Paula Arismendi, actual encargada del área de administración y control de gestión de la División de Ciencia y Sociedad, quien recibió a Francisco en las oficinas de Explora, antes del traspaso del programa al Ministerio de Ciencia. “Nos contó que él venía con un problema, pero venía con la solución”, señala Paula sobre aquella anécdota con Francisco. Desde ese día comenzó un ambicioso trabajo en equipo que terminaría en el instrumento que hoy busca cerrar el ciclo de la trayectoria científica escolar: el cupo Explora-UNESCO.
Francisco falleció el pasado miércoles 3 de marzo. En este artículo recordamos su rol en la educación superior y cómo su legado fue un aporte al desarrollo académico de muchos y muchas jóvenes en el área de las ciencias.
Francisco formó parte de distintos equipos y representó diversos cargos durante su trayectoria académica en la universidad. Fue parte de las investigaciones en el área de química de la USACH, fue vicerrector, decano y director de varios departamentos internos, conformó distintas redes a nivel nacional e, incluso, tuvo una activa participación en políticas públicas internacionales.
Javier, como le decían sus cercanos, siempre motivó su trayectoria con esta frase: “los talentos están igualmente distribuidos en todas las personas, de todos los grupos sociales, etnias y culturas”. Para la doctora Daniela Pallavicini, Directora del Instituto de Estudios Avanzados de la USACH, la mentalidad del académico lo llevó a liderar proyectos que cambiaron distintas políticas de acceso a la educación superior, generando un proceso más inclusivo para todos los estudiantes en Chile.
Participó en la creación programas nacionales como la Beca de Excelencia Académica (BEA), en la creación de programas propedéuticos en diversas universidades que fueron la base del Programa Nacional de Acceso y Acompañamiento Efectivo (PACE), y fue propulsor del ranking de notas para el Sistema Único de Admisión, que permitió entregar mayores oportunidades a las y los estudiantes más destacados de sus establecimientos.
Como gestor del Cupo Explora-UNESCO, aportó también a la creación de una fuerte red de trabajo entre las universidades para poner esta vía especial a disposición de jóvenes con una trayectoria científica destacada. Este proyecto es uno de sus legados más recientes en su destacado trabajo por aportar a la inclusión y la equidad en la educación superior.
“Fue una persona que marcó cambios. Francisco era una persona que genera cambios y que marcó un antes y después en la educación superior en Chile”, destaca la Dra. Patricia Pallavicini sobre la trayectoria de Francisco Gil.
Hoy, Cupo Explora-UNESCO es la etapa final de una trayectoria científica escolar que el programa Explora promueve desde la primera infancia, con énfasis en la educación básica y media a través del instrumento “Investigación e Innovación Escolar”. Esta vía de acceso especial, que existe gracias a la convicción de un destacado profesional que se dedicó las últimas tres décadas a trabajar por el derecho a la educación superior, es hoy una forma de reconocer y destacar la curiosidad de niñas, niños y adolescentes, que en la búsqueda por comprender el mundo que los rodea, pueden hacer de la investigación y la innovación su carrera profesional.
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