La observación satelital mostró que el calentamiento global está azotando drásticamente al territorio congelado del Polo Norte. Según un estudio publicado por la revista Communications Earth & Environment, la capa de hielo de Groenlandia perdió cerca de 532 gigatoneladas durante el 2019, un 15% más que lo registrado en 2012 y que viene a revertir los buenos números que se habían visto en el periodo 2017-2018.
La merma de masa de hielo en Groenlandia fue calculada por un grupo de expertos liderados por Ingo Sasgen, del Instituto alemán Alfred Wegener de Investigación Polar y MArina, a partir de datos recolectados entre los años 2013 al 2019 gracias a las misiones espaciales de Experimento Climático y de Recuperación de la Gravedad de la NASA.
Los científicos a cargo del estudio explicaron que el 2017 y 2018 el derretimiento de la masa de hielo se había estancado gracias a veranos más fríos.Sin embargo este fenómeno se revirtió durante 2019, con aires cálidos viajando desde el sur que minaron el progreso de años anteriores.
Es así como este preocupante derretimiento está contribuyendo al crecimiento de nivel del mar, ya que con su pérdida de masa anual, el nivel de los océanos del planeta aumenta 0,76 milímetros al año.
Aumento en el nivel del mar
Existen tres principales razones por la que aumenta el nivel del mar. La primera es la dilatación térmica, lo que significa que al calentarse el agua de los océanos tiende a dilatarse, ocupando más espacio del que debería. “El acrecentamiento de los gases de efecto invernadero produce que aumente la temperatura de la atmósfera y con ella también la de las aguas, lo que termina propiciando su expansión en volumen”, explica Marcela Cornejo, oceanógrafa de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
En segundo lugar está el derretimiento de grandes formaciones de hielo como glaciares y casquetes polares. Tiempo atrás, estas se deshacían parcialmente durante los veranos para recuperar su tamaño habitual durante las temperaturas invernales. Sin embargo, debido al calentamiento global, las precipitaciones de nieve son cada vez más suaves, los inviernos se retrasan y las primaveras se adelantan, lo que significa un mayor tiempo de pérdida y menor recuperación.
Finalmente está el deshielo de los territorios helados de Groenlandia y la Antártida Occidental, el que se acelera por dos factores: el calentamiento global y la filtración de agua dulce de las superficies hasta las bases de las placas de hielo, lo que facilita que se deslicen hacia el océano.
Los efectos generados por el aumento del nivel del mar varían según el lugar geográfico. “En el océano global el crecimiento no es homogéneo: hay regiones donde aumenta más y va a seguir aumentando más. Por ejemplo en nuestra región,el Pacífico Sur Oriental, no se ve tan afectada respecto al otro lado del Pacífico, como por ejemplo Nueva Zelanda”, comenta Osvaldo Ulloa, académico de la Universidad de Concepción y director del Instituto Milenio de Oceanografía.
“El estado de afectación depende también de cómo usemos nuestra costa para la población: en términos de construcción, de cómo la habitamos, cómo construimos nuestros puertos, cómo utilizamos los planes reguladores, por ejemplo”, agrega el oceanógrafo.
Sin embargo, nuestro país está en una mejor posición para enfrentar algunos de los efectos del fenómeno, gracias a la actividad sísmica propia de Chile. “Con los años los científicos hemos visto una elevación en el nivel de la costa. Es imperceptible para nosotros, pero los registros de su nivel muestran que va subiendo, y esa elevación hace que el aumento de aguas no nos afecte como en otras partes”, comenta Marcela Cornejo. Lamentablemente, esto no ocurre con otros territorios nacionales como Rapa Nui.
Consecuencias de su aumento
Los efectos generados por el aumento del nivel del mar ya están siendo perceptibles. El agua invade cada vez más zonas costeras, provocando erosión del terreno y amenazando campos de cultivo, viviendas o zonas de ocio. Según un reporte de la BBC, grandes ciudades como Londres, Nueva York, Shanghai, Lima y Buenos Aires se encuentran en riesgo por este fenómeno.
“Que exista un aumento en el nivel del mar significa que las áreas costeras van a estar inundadas. Esto es un problema para las poblaciones ya que se ahogan áreas y entra agua salada hacia los acuíferos. Eso significa la pérdida de fuentes de agua dulce. Además, si existieran suelos agrícolas también estarían siendo inutilizados si es que existen aportes de agua salada”, explica Cornejos.
“Las implicancias que tiene el aumento en el nivel del mar son principalmente para los países que son muy bajos, y es algo que actualmente está ocurriendo”, comenta Luisa Saavedra, doctora en oceanografía. “En Chile, de un análisis de varias playas, la mayoría muestra altos niveles de erosión. Esto se debe principalmente al acrecentamiento del nivel de las aguas, pero también influyen la frecuencia de episodios de mar extremo, como las marejadas”, señala Saavedra, quien agrega que las playas también se van achicando durante el proceso, lo que es especialmente complejo en poblaciones muy cercanas a la costa como Viña del Mar o La Serena.
En un estudio dirigido por Patricio Winckler, académico de Ingeniería Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso, de 35 playas analizadas 28 presentaron niveles de erosión o erosión alta.
Otro de los efectos que se derivan de este fenómeno es el aumento de temporales, tormentas y otros fenómenos atmosféricos de mayor envergadura. Pero una de las amenazas más latentes es que cientos de personas que viven en comunidades costeras pueden verse expulsadas de sus hogares a causa del aumento del mar. Según un estudio publicado en la revista Nature Communications, a partir del 2050 el océano ganará territorio en el que viven 300 millones de personas en todo el mundo.
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