Por otro lado, en el Encuentro Final de los Clubes Científicos Escolares, se realizó un taller llamado “Comunicando mi proyecto”, el cual buscaba ofrecerles herramientas para compartir sus proyectos a la comunidad desde el poder divulgar, no solo los aspectos formales de una investigación, sino los desafíos y las motivaciones más profundas para investigar sus diversos temas. Durante el taller los equipos realizaron videos para comunicar sus trabajos en formato de redes sociales como reels y tiktoks.
A este Encuentro, también asistió el reconocido comunicador científico Gabriel León, quien presentó una charla sobre “La curiosidad como motor de la ciencia”, donde relató su experiencia con la ciencia y explicó su impacto en el desarrollo histórico. “Estos encuentros juegan un rol fundamental en la formación de los estudiantes, no solo en ciencia, sino en habilidades como la comunicación, la discusión y el aprendizaje colaborativo. Además, les brinda la oportunidad de conocer otras realidades y perspectivas, algo tremendamente enriquecedor”, señaló el Gabriel León.
Experiencia de los docentes
Daniela Paillalef, profesora del Colegio Jorge Alessandri Rodríguez de la comuna de Renca, destacó: “Este es nuestro segundo año trabajando con los Mini Explorador@s. Los niños y niñas están motivados/as y muestran un creciente interés por las ciencias, además de valorar la oportunidad de aprender a cuidar el medio ambiente y de ser partícipes de una sociedad donde podemos construir un mejor futuro para las próximas generaciones”.
En esta misma línea, Jorge Yáñez, profesor de química en The Newland School, comentó que esta es su primera vez participando, sin embargo, sus estudiantes ya habían estado anteriormente. “Durante toda la jornada los/as chicos/as trabajaron muy entusiasmados, y en el colegio ya hay una alta demanda para postular nuevamente el próximo año” destacó.
Todos los Clubes contaron con un/a asesor/a científico/a voluntario/a inscrito en el Programa Explora RM Norte, quien los acompañó durante su proceso de investigación. Este año participaron más de 100 asesores/as científicos/as de diversas instituciones académicas y científicas. Respecto a este punto, Estefanía Baeza, profesora de biología del Liceo 7 de la comuna de Providencia, dijo que la experiencia fue excelente, especialmente por el apoyo de los asesores científicos, quienes guiaron a sus estudiantes en el desarrollo de sus proyectos. “Ha sido muy enriquecedor para ellas, ayudándoles a desarrollar su personalidad y a preguntar sin miedo”.
Una de las asesoras científicas, fue Javiera Martínez, bioquímica y estudiante de doctorado en bioquímica en la Universidad de Chile y tesista ACCDiS, quien contó su experiencia participando por primera vez en esta iniciativa: “Trabaje con el Club científico de Liceo José Victorino Lastarria de Providencia. Su investigación trató sobre el consumo de bebidas energéticas entre los mismos estudiantes. Fue enriquecedor guiarlos en conceptos de ética científica, consentimiento y resultados; participar con ellos fue muy entretenido; tenían muchas preguntas, y su curiosidad fue inspiradora. La profesora siempre estuvo dispuesta a colaborar. Fue una experiencia muy enriquecedora para todos/as”.
Algunos de los proyectos desarrollados
Diego Ramírez de 3° medio, y Renata Aguilar de 4° medio, del Colegio Desiree de Colina, trabajaron en el desarrollo de un preservativo biodegradable que reduce la contaminación del látex sintético y beneficia a personas alérgicas al látex, además de contribuir a la prevención de enfermedades de transmisión sexual. “Es nuestro segundo año participando, estas actividades nos permiten conocer a personas que pueden aportar a nuestro proyecto e intercambiar ideas para contribuir a la sociedad”, dijeron.
Por otro lado, Valentina Acosta, estudiante de 3° medio del Colegio Santa Bárbara de la comuna de Quilicura, contó que comenzó a participar desde los Mini Explorador@s y ahora es parte de Clubes Científicos Escolares. “Esta es mi segunda vez participando en estos encuentros. Nuestro proyecto busca reutilizar ropa, transformándola en peluches, muñecos u otros accesorios que regalamos a niños de orfanatos y hospitales, evitando así la acumulación de suciedad e insectos que pueden ser perjudiciales para la salud”.
Estas iniciativas no solo promueven el interés por la ciencia en niños/as y jóvenes, sino que también fortalecen habilidades claves para su desarrollo personal y académico, gracias a la interacción que tienen los estudiantes con científicos y experiencias prácticas, se fomenta la formación de una generación más consciente, participativa y comprometida con el futuro.