Innovaciones sociológicas para la conservación de la biodiversidad

¿Se puede compatibilizar la conservación de la biodiversidad y el desarrollo de la industria vitivinícola?¿Está la clave en las relaciones interpersonales de todas las partes interesadas? ¿Cómo convencer a la industria agrícola de hacer conservación? Karina Godoy, ingeniera en recursos naturales y estudiante del  Magíster en Desarrollo Rural de la Universidad Austral de Chile, se dedica a innovar en prácticas de conservación de la biodiversidad en Chile Central mediante redes de colaboración. 

 

Karina Godoy es coordinadora del Proyecto “Vino, cambio climático y biodiversidad”, una iniciativa científica del Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Chile, en curso desde 2008, y que vincula la investigación con la industria. 

“Escogimos trabajar con viticultores porque tienen una visión más integral sobre lo qué es la conservación y la biodiversidad en contraposición a otras actividades agrícolas”. Un ejemplo de ello es el terroir, un concepto que hace referencia a un espacio sobre el cual se desarrolla un saber colectivo respecto a las interacciones entre un medio físico y biológico y las prácticas vitivinícolas aplicadas, y que confieren características distintivas a los productos originarios de este espacio (denominación de origen de los vinos por ejemplo). Este concepto integra al ecosistema como un todo, donde clima, suelo, agua, bosques están interaccionando. 

Inicialmente, el trabajo fue solo científico, identificar la biodiversidad de aves entre distintos tipos de cultivos -orgánicos o convencionales-; modelaciones del impacto del cambio climático y la distribución de las viñas. “Luego, nos dimos cuenta que esta relación no estaba dando los frutos esperados porque era una visión desde las ciencias hacia una actividad productiva y la industria no percibía beneficios directos. Este fue un punto de inflexión porque para fomentar las prácticas de conservación dentro de la industria vitivinícola se precisa tomar en cuenta sus necesidades. “La idea es que ellos establezcan prácticas que disminuyan su impacto ambiental y que protejan los remanentes de bosques con escaso grado de alteración que están en sus terrenos”. 

Para ello, se precisa cambiar el concepto de área productiva y no productiva por el de ecosistema, con relaciones, servicios y otros beneficios que otorga el bosque que tienen aledaño los viñedos. La mayor parte de la actividad agrícola se concentra en el ecosistema mediterráneo chileno, una zona muy biodiversa, con especies únicas, que casi no tienen protección por parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado (SNASPE).

A nivel social, el proyecto también evalúa cómo ha sido la comunicación y transferencia de las coinvestigaciones realizadas entre la academia y la industria. “Se quiere generar un cambio en los comportamientos y desarrollar lineamientos al interior de la industria agrícola en base a la conservación de la biodiversidad”. 

Ocho años de experiencia

Tras ocho años de trabajo, el proyecto ha conseguido que cerca de 25.000 hectáreas sean conservadas de forma voluntaria por las viñas, contribuyendo un 11% al SNAPE en lo que a ecorregión mediterránea se refiere. Se implementaron diferentes estrategias, como controlar las especies exóticas, controles biológicos de plagas, generación de zonas de alto valor para protección, entre otros.

Godoy se centra en hacer más efectiva la transferencia de conocimiento. Ahora estoy implementando el modelo conocido como innovaciones dentro del área de la sociología, para que las ciencias se vuelvan una práctica y dejen de ser aisladas. La idea es abordar como se están llevando a cabo las prácticas de conservación en base a estos modelos de innovación sociológica, con los conceptos de comunidades de práctica y redes de colaboración. 

Esta idea se puede entender a partir del caso del riego por goteo como una práctica habitual antes de generar áreas productivas nuevas. La disponibilidad de agua a causa del cambio climático es clave en este punto. El reciclaje es otro ejemplo, antes se hacía de forma aislada, pero ahora hay familias que independiente de donde viva, continuarán reciclando sus desechos. “Cuando las acciones se vuelven parten de la cotidianidad se establecen en tu diario a vivir”, puntualiza la investigadora. Estas prácticas nacen y se mantienen por la convicción de las personas y son difundidas mediante relaciones interpersonales. El proceso de negociación con industria vitivinícola se generó a partir de la confianza, concluyó.

 

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