¿Cómo hacer una herramienta pedagógica sobre energía sostenible en el tiempo? ¿Sentir, desafiar, valorar se pueden convertir en indicadores metodológicos? Un ingeniero y una socióloga intentan dar respuestas a estas interrogantes.
La unión del Núcleo Milenio de Investigación sobre Energía y Sociedad (NUMIES) y La Ruta Solar, tiene como propósito acercar la ciencia y la tecnología, mediante la iniciativa didáctica: Talleres de Eficiencia Energética y Sustentabilidad: AtreveTEC. El proyecto, desarrollado por La Ruta Solar en conjunto con NUMIES, consiste en la realización de talleres -dirigidos a niños y niñas de 8 a 13 años-, que entregan conocimientos de eficiencia energética e hídrica, energía renovable y reciclaje; con el objetivo de que las y los jóvenes sean capaces de idear soluciones que ayuden a reducir los costos en las cuentas de luz y agua de sus colegios, además de mitigar los desechos que se generan en los establecimientos, generando así en ellos, una conciencia de su rol en relación a la eficiencia energética y la sustentabilidad.
Inicialmente, La Ruta Solar realizó estos talleres en colegios de zonas vulnerables de Santiago. Se realizaba una charla acerca de la energía solar, y luego se guiaba a las y los estudiantes en la construcción de su propio auto solar. La actividad finalizaba con una competencia de velocidad para poner a prueba los vehículos y una reflexión de cierre acerca de las características de los mejores autos.
“Nos dimos cuenta que el acceso de los niños a la tecnología era limitado en las comunas de alta vulnerabilidad. A partir de estas experiencias, acuñamos el término perseverancia tecnológica, es decir, sólo perseveras cuando crees que puedes hacerlo. Fue así cuando decidimos diseñar una metodología para hacer talleres de larga duración y comenzamos a buscar socios estratégicos para poder llevarla a cabo”, explica Leandro Valencia, director de la organización.
Otros en la acción
Antofagasta se transformó en el eje de la acción educativa piloto y entró en acción el Núcleo Milenio de Investigación sobre Energía y Sociedad, parte de la Iniciativa Científica Milenio, organismo que aportará con el sustento teórico de la iniciativa educativa. Este núcleo, integrado principalmente por sociólogos, ha centrado sus investigaciones en tres aspectos: Controversias e infraestructuras; políticas y regulación; prácticas de consumo energético. Según Carolina Burgos, coordinadora del Núcleo, la discusión sobre el tema energético en Chile ha sido abordada históricamente desde una perspectiva técnica, restringida a un público particular. “Nuestra apuesta es que el tema energético es sociocultural. Queremos que el ciudadano del futuro tenga una visión crítica e informada sobre el tema energético y por ello decidimos sumarnos a la iniciativa piloto”.
Los talleres se estructuraron en base a tres enfoques pedagógicos. El socioconstructivismo de Vigotsky, donde el proceso de enseñanza se enfoca en la acción. La zona de desarrollo próximo o teoría del andamiaje de Jerome Bruner, donde el profesor cumple un rol de acompañamiento en el aprendizaje y el estudiante es capaz de hacer un análisis crítico de su entorno. Y, por último, el aprendizaje significativo, donde el nuevo contenido es considerado como un tema más entre muchos otros, que precisa ser reorganizado con la experiencia cotidiana.
“Se han organizado 6 sesiones. Las dos primeras son conceptuales, conversamos, hacemos experimentos, juegos, actividades para que los jóvenes comprendan qué es la energía, qué tipos de energías hay. También se reflexiona sobre las renovables y las tradicionales y cuáles son los beneficios de unas y otras. En las tres sesiones siguientes, los niños de 5° construyen un auto solar; los de 6° realizan un proyecto sustentable de eficiencia energética para su colegio; los de 8° generan un artefacto solar, como un disecador de frutos, un horno o una cocina solar. La idea es que cualquiera de los objetos que se construyan sea utilizado en sus casas y que no sea construir por construir”, señala Burgos. Y, la última sesión se dedica a una exposición, donde se exhiben los trabajos.
El profesor juega un rol clave en esta etapa. “Necesitamos conocer sus percepciones y opiniones para mejorar el proceso educativo, sobre todo si se aspira a que lo incorporen como herramienta de sus clases”, concluye Carolina Burgos.