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La curiosidad y creatividad son características evolutivas del ser humano, y como resultado de su cultivo nacen los científicos/as e innovadores/as, este fue el tema principal del encuentro de los clubes científicos escolares, realizado en el mes de noviembre y organizado por Explora Región Metropolitana Norte. La actividad reunió a más de 30 clubes escolares, pertenecientes a diferentes colegios y/o instituciones, quienes tuvieron un espacio para compartir virtualmente con otros estudiantes y científicos sus proyectos de investigación o innovación a través de una plataforma online.
Tomás Hernández, bioquímico de la Universidad de Chile y estudiante de Doctorado en Ciencias Biomédicas, participó en la Charla “Un científico nace o se hace” y contó que su interés por la ciencia no nació de un momento a otro, sino que se fue cultivando a medida que crecía, “siempre fui curioso, pero mi familia y entorno escolar me ayudaron a creciera y creyera en mi para lograr lo que quería más adelante” agregó.
Por lo tanto, el apoyo del entorno familiar, de los profesores/as y de la sociedad en general son cruciales para que los niño/as conozcan el abanico de posibilidades que existen para convertirse en lo que realmente quieran ser o hacer en su vida adulta. La ciencia es una de esas posibilidades, pero puede parecer un área muy difícil e inhóspita, a pesar de que cimenta sus bases en algo tan natural para el ser humano, como es la curiosidad y creatividad.
El poder transformante que nos da la ciencia
Tatiana Soto profesora del Club del colegio Homeschooling OverComer, comentó que los clubes científicos escolares de la mano de la ciencia y/o tecnología les permiten a los niños/as y adolescentes desarrollar las habilidades investigativas, de análisis, crear y conocer nuevas soluciones a problemáticas de la actualidad, desarrollar buenos hábitos de disciplina, responsabilidad, compromiso, creatividad y trabajo de equipo.
En este sentido Tomás Hernández, también coincide con la profesora y opina que la ciencia tiene un poder cautivante y transformante, a través de ella es posible cambiar nuestras mentes, nuestra forma de pensar y mejorar a la sociedad.
Así también lo siente Matilde Antileo, estudiante de The BS Club del Colegio Santiago Evangelista, quien nos dice “lo que me gusta de la ciencia es que nos proporciona distintos puntos de vista y una diferente perspectiva para ver las cosas y eso me parece genial”, mientras que para Aylin Hidalgo, estudiante del Club de Ciencias del colegio Homeschooling OverComer quien comentó “lo que me cautiva es que me permite tener un crecimiento personal en adquirir nuevas habilidades y sobre todo en trabajar en equipo, tener buenos hábitos como el compromiso y responsabilidad hacia un equipo de trabajo”.
Aprender no tiene límites
El encuentro de clubes científicos escolares, es una oportunidad importante para los estudiantes, así lo refleja Ignacio Sepúlveda estudiante de The BS Club quien tienen gran interés por la física y sobre todo por las cosas que aún no tienen respuesta, Ignacio nos contó que se interesó en participar porque era una experiencia nueva, donde iba a aprender mucho. Opinión que coincide con su compañera Lucía Millalonco, cuyo interés científico está enfocado el área biológica dijo que estaba muy motivada en participar en este tipo de actividades por la oportunidad de aprender cosas nuevas entre las cuales están, cómo funcionan los humanos y cómo se relacionan con el ambiente.
Por otro lado, Lissette Hidalgo, estudiante del Club de Ciencias Homeschooling OverComer también destacó que para ella es importante participar en actividades científicas porque nos dan una gran oportunidad en adquirir nuevas experiencias en el área de la investigación y generar soluciones a problemáticas de actualidad como el cuidado del medio ambiente y enfrentarse a nuevos desafíos.
Para la profesora Tatiana Soto, es increíble todas las cosas nuevas que se aprende y destaca aquellas que involucran el ámbito personal, donde no solo se trabaja la ciencia propiamente, sino que también se enseña a tener dominio de la frustración, la resolución de problemas en un tiempo acotado, generar soluciones entendiendo que el fracaso no es una derrota sino más bien un excelente tiempo de aprendizaje para corregir los errores y dar mejor respuesta.
Niños y niñas la fuente de eterna curiosidad y creatividad
Observar, detectar los problemas, estudiarlos y plantear soluciones novedosas son parte la curiosidad y creatividad del ser humano y esto se reflejó en el trabajo de investigación de los estudiantes de la profesora Grace Gómez de The BS Club del Colegio Santiago Evangelista, quienes trabajaron en un proyecto denominado “Stop Luz”, ella nos cuenta que en medio de la pandemia aumentaron las actividades online obligando a las personas a permanecer más tiempo frente a las pantallas de celulares y computador y siendo conocedora de los efectos negativos que pueden causar la exposición prolongada y recurrente a la luz azul de estos dispositivos, el equipo elaboró un producto innovador de alta calidad, reciclable y duradero, que puede convertirse en un recurso al alcance de todo, cuyo objetivo es prevenir los efectos ópticos ocasionados por esta luz azul.
Para apoyar a la realización de los proyectos de los clubes escolares, los estudiantes contaron con tutores científicos como Alejandro Ángel, Ingeniero Civil y estudiante de Doctorado de Ciencia de Materiales Avanzados de la Universidad Mayor, quien acompañó en este camino a The BS Club. En este sentido, Alejandro comentó “el apoyo de la comunidad científica en este tipo de actividades es poder hacer el nexo entre la comunidad de estudiantes y las investigaciones que se desarrollan en las universidades, es motivador para ambas partes, mostrarles de manera directa y sencilla cómo se realiza el trabajo investigativo y los procesos que se requieren”.
Para finalizar, Tomás Hernández, quien ha estado recorriendo el camino de la ciencia desde sus primeros pasos escolares, hasta hoy en día como estudiante de doctorado dijo “creo que un científico se hace. El pilar de todo científico es la curiosidad y Carl Sagan (científico y divulgador) propone que la curiosidad surge y se esconde de forma natural, en los niños. Como quien riega y cuida un árbol, es que el entorno familiar, escolar y social alimenta la curiosidad natural de los niños y poco a poco los invita a saber más. Así el árbol crece y el niño se convierte en un científico”.
“La ciencia siempre está ahí con algo nuevo que investigar y aprender” agregó Antonia Navarrete de The BS Club y sólo necesitas “¡Querer saber!” y como nos dice su compañero Santiago Letelier, fomentar este tipo de actividades y encuentros de clubes de diferentes colegios o instituciones son nuestro motor de partida para quienes estemos interesados en seguir el camino de la ciencia e innovación.
Para despedir, Emily Alfaro de The BS Club expresó “es importante participar en actividades científicas porque se aprende mucho de la ciencia sin tener que estar en una sala de clase. Además me gustan las experiencias, lugares y personas que conoces” e Isidora Alvarado de The BS Club dijo “explorar, experimentar, conocer, generar y aportar conocimiento científico es increíblemente divertido y apasionante”.
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