June Almeida, es una de las mujeres científicas que durante estos tiempos de COVID-19 ha sido ampliamente recordada. Era una viróloga escocesa que a los 16 años dejo la escuela para trabajar como técnico en el laboratorio de histopatología de la Enfermería Real de Glasgow en Escocia. Luego se trasladó a Londres para continuar su carrera, allí se casó y en 1964 en el laboratorio del Hospital St. Thomas, identificó el primer coronavirus.
Todo comenzó cuando el Dr. David Tyrrell se encontraba estudiando los virus presentes en los lavados nasales de los voluntarios, encontrando los típicos virus que causaban el resfriado común, excepto el de un estudiante cuya muestra fue identificada como B814.
En el año 1964 la científica June Almeida descubrió por primera vez el coronavirus, refiriéndose “es como el virus de la gripe, pero no exactamente igual”.
La responsable de estudiar ésta muestra en un microscopio electrónico fue la científica June Almeida, quien lo describió “es como el virus de la gripe, pero no exactamente igual”, sin embargo su descubrimiento no fue considerado inmediatamente, su artículo fue rechazado porque los revisores señalaron que las imágenes que se mostraban solo eran malas fotos de partículas virales de influenza y no fue hasta el año 1965, un año después de presentar la primera publicación, cuando le permitieron anunciar su hallazgo en la revista científica Journal of General Virology.
Posteriormente, Almeida trabajó en Postgraduate Medical School de Londres donde obtuvo su doctorado y finalizó su carrera en Wellcome Institute donde fue nombrada en varias patentes de imágenes de virus. En los 80’s, ya estando retirada, ayudó a tomar las primeras imágenes del virus de inmunodeficiencia humana VIH.
June murió el 2007 a los 77 años, y casi 55 años después de la primera publicación sobre un coronavirus y en plena pandemia por SARS-CoV2, June Almeida es recordada por su hallazgo.
Científica chilena también estudia los virus
Mi pasión por la ciencia comenzó cuando era niña, recuerdo que en enseñanza media nos dieron como tarea realizar un trabajo sobre las vitaminas y me entusiasmé tanto, que busqué mucha información porque disfrutaba hacerlo y el informe que entregué fue tan completo y extenso que el profesor dudó que yo lo hubiese hecho, comentó emotivamente la doctora Vivian Luchsiger.
La simpleza y capacidad de los virus fueron las características que llamaron la atención de Luchsinger quien los describe “son tan pequeños, que ni siquiera los vemos a simple vista y tiene la capacidad de enfermar, matar y alterar a toda la humanidad”. Al comienzo, se maravilló con fotos de bacteriófagos (virus que infectan bacterias) de un libro de fotos de la revista Science, luego fue un profesor de la universidad, el Dr. Ojeda, quien le contagió el entusiasmo por el estudio de los virus.
Vivian estudió medicina en la Universidad de Chile, misma casa de estudios donde más tarde obtuvo su magíster y doctorado en ciencias. Actualmente es profesora asociada del Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la misma Universidad y ha estudiado algunos virus que producen enfermedades respiratorias en el ser humano, como lo es el virus sincicial, la influenza y otros, “estudiamos cuál es la mejor técnica para detectarlos, cuáles son los tipos de virus presentes en nuestro país y cómo producen enfermedad” explicó la científica Luchsiger, quien también agregó que al principio estudiaban la presencia de estos virus en niños, pero desde hace 15 años también lo hacen en adultos, “actualmente estamos estudiando a personas con neumonía, producida por virus y bacterias”, nuestro objetivo es saber por qué en algunas personas la enfermedad es grave y a veces mortal, mientras que en otras no.
Así como lo observó por primera vez la científica Almeida, Luchsinger nos contó, “los coronavirus son muy diferentes a los otros virus en su estructura, ya que poseen una corona que se ve a través del microscopio electrónico, de allí su nombre”. Además, agregó “como es tan distinto a los otros virus a los que ya hemos estado expuestos, ninguna persona en el mundo tiene defensas desarrolladas, por lo que todos somos susceptibles a infectarnos”.
También indicó, que se transmite fácilmente entre las personas y debido a la conectividad que actualmente tiene la población, todos se pueden infectar rápidamente y “no se disponen de medicamentos que actúen directamente sobre este virus, no hay antivirales, ni tampoco vacunas que permitan que desarrollemos una respuesta inmune que nos defienda de la infección”.
La dificultad de ser mujer en la ciencia
En la actualidad, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) un 30% de las personas quienes realizan estudios en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres. En América Latina, 45 % de las investigadoras que ejercen son mujeres. La cifra es superior al promedio mundial que es de un 28%, pero eso no significa que sea fácil.
Para la Dra Luchsinger, realizar su trabajo científico ha sido mucho más difícil por ser mujer, desde que era estudiante de medicina se hacían comentarios “nos decían que no ejerceríamos porque nos casaríamos y tendríamos hijos, por lo que sería mejor si abandonábamos la carrera antes y la discriminación desde los pacientes es tremenda, porque a los compañeros con delantal les decían doctor desde primer año y a nosotras, señoritas, aunque estuviéramos en internado”.
“Desde siempre, las mujeres tienen más tareas que los hombres, ya que debemos encargarnos de los hijos y de la casa. Si la persona que cuidaba a mis hijos faltaba, la que debía ausentarse del trabajo era yo, no mi marido y también porque yo ganaba harto menos que él”, agrega “además no se consideran las licencias pre y post natales, los plazos para cumplir los proyectos y las evaluaciones de la carrera académica son las mismas para todos.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con respecto al COVID19, las mujeres cargan por lo general con gran parte de los cuidados, incluso antes de la pandemia, destacan que las mujeres siempre han realizado el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en el hogar.
Por otra parte, según algunas estimaciones el 67% de la fuerza de trabajo sanitario mundial corresponde a mujeres, donde la mayoría realiza labores sanitarias en la primera línea, con mayor riesgo de infección.
Y aunque para las mujeres sea más difícil desempeñarse como profesionales, siempre han estado presente en los hallazgos y momentos importantes del mundo, siendo una muestra de ello las científicas June Almeida y Vivian Luchsinger.