Uno de los principales retos en nuestra vida moderna ha sido la reducción en la emisión de CO2, el consumo excesivo de uso energético y la eficaz distribución de espacios. En este campo, la arquitectura ha buscado formas resilientes, basándose en la naturaleza, para solucionar dichos problemas, explorando desde formas orgánicas, nuevas tecnologías en materiales, hasta el uso de referentes naturales.
Para conocer un poco más sobre esta vinculación entre la arquitectura y la biomimética, conversamos con Alejandro Soffia, arquitecto y entomólogo aficionado, quien se dedica precisamente a hacer este cruce entre el diseño y una de las pasiones de su vida: los bichos. Es más, actualmente está liderando una iniciativa que busca la formación de un Centro de Investigación en Biomimética, vinculado a la Pontificia Universidad Católica de Chile.
¿Cuáles son los principales desafíos arquitectónicos actuales, en los que la naturaleza puede ofrecer soluciones?
El área de impacto más interesante de la biomimética, en el diseño arquitectónico, tiene que ver con la sostenibilidad y principalmente en aquellos problemas vinculados a la energía; con la producción y el ahorro; y también con los materiales, como el manejo de residuos y el reciclaje.
Hay varios animales y especies de plantas que ya solucionan, desde hace muchos años, problemáticas que también nos afectan a nosotros, por lo tanto, podemos aprender de ellos, en el ámbito del comportamiento o del desempeño de estos seres vivos, pero también de seres no vivos, como procesos abióticos, como las mareas, flujos del aire, ciertas formaciones de cristales, etcétera.
¿Qué es la entomimética y cómo surgió tu pasión por los insectos?
Durante mi vida he tenido siempre dos intereses muy importantes, desde pequeño me ha llamado la atención la naturaleza, particularmente los insectos, que son vidas pequeñas en mundos pequeños, como unos microcosmos. Por otro lado, está el ámbito de la creatividad, por lo que decidí estudiar arquitectura.
Estudiando un posgrado, gracias a una beca CONICYT, pude juntar por fin estos dos ámbitos del conocimiento y ahí conocí una nueva línea de investigación que se llamaba Biomimética, y como a mí me interesaba el grupo particular de los insectos, construí el concepto que tiene que ver con una aplicación de la biomimética al grupo específico de los insectos, cuyo estudio es la entomología, entonces el concepto de entomimética viene de entomología, o estudio de los insectos y mimética, que tiene que ver con la inspiración en estos seres vivos.
¿En qué iniciativas o proyectos te has visto involucrado donde la naturaleza haya sido fuente de inspiración?
He estado inserto en dos iniciativas interesantes, una tiene que ver con la investigación de los patrones del blanco y el negro en ciertos tipos de escarabajos que viven en el desierto, bajo el sol inclemente del norte de Chile, aquí estamos investigando si es que hay alguna relación entre el diseño de sus caparazones y la capacidad para poder controlar el calor. Eso, eventualmente, puede transformarse en componentes constructivos de fachadas o de techos.
La otra iniciativa en la que estoy involucrado actualmente, es en el trabajo de creación de nuevos materiales en base a hongos y bacterias, en los cuales estamos experimentando las posibilidades morfológicas, por una parte, y también las capacidades materiales, para poder llevar estos nuevos materiales a las lógicas del mercado, para ocuparlos a gran escala.
¿Nos podrías contar un poco más en que consiste en esto de los escarabajos?
Existe un grupo de escarabajos que se llaman tenebriónidos, los que están presentes en varios lugares del mundo, pero en Chile en particular, tienen muchas especies. Son unos insectos negros, algunos les dicen “vaquitas”, habitan en el desierto y están muy asociados al desierto florido, pero también están presentes en la zona central, incluso en el sur.
Estos escarabajos salen de día, bajo el sol del desierto y las diferentes especies tienen distintos tipos de patrones del color blanco, algunos tienen puntitos, otros tienen líneas, otros tienen superficies blancas, todo siempre sobre el negro, entonces estamos investigando a que corresponde el diseño de la presencia del color blanco en los caparazones, entendiendo que esta parte es la que está más expuesta a los rayos solares. Creemos que su sobrevivencia a lo hostil del medio tiene alguna relación con la manera en que el sol se reflecta en estas líneas, puntos o superficies blancas, para poder controlar la radiación del sol.
Si logramos abstraer esos diseños y patrones, eventualmente los podríamos aplicar en sistemas de cubierta o fachada, para poder producir un control de la radiación de manera pasiva y de esa manera producir una disminución en el consumo de energía eléctrica, para el control del calor en casas o edificios.
¿Cómo ves tú el trabajo en torno a la biomimética, desde la transdisciplinariedad?
La biomimética es una línea de investigación que requiere necesariamente de la convocatoria de diferentes especialistas en diferentes áreas, en ese sentido, en un proceso común y corriente de una referencia biomimética, primero necesitamos tener a un experto en biología, en lo que vendría a llamarse el referente biológico, es decir la planta o el animal que se está estudiando, donde ese profesional es el único que sabe con certeza las cualidades o propiedades que tiene.
En un segundo momento, vamos a necesitar profesionales en el ámbito de la ingeniería, que sean capaces de reproducir o transferir tecnológicamente esas cualidades del referente biológico, al mundo construido, del diseño industrial, de la producción en serie, etcétera.
En un tercer lugar, estaríamos los arquitectos o diseñadores, los que podríamos darle una funcionalidad a esas innovaciones, para poder insertarlas en ciertos aspectos de la vida cotidiana, como los edificios en los que vivimos o los objetos que utilizamos.
En último lugar, me parece que es muy importante incluir ciertos conocimientos vinculados a la economía y el comercio, que permiten finalmente que estos productos que se lograron sintetizar en esta cadena que acabo de describir, puedan estar presentes en el mercado y, por lo tanto, producir un impacto cuantitativo en relación a los beneficios que nos traen. Por ejemplo, si logramos hacer una transferencia que nos permita que algún elemento consuma menos energía, es importante que ese producto finalmente esté en el mercado y lo ocupen muchas personas, para producir un impacto en la disminución en el consumo.
¿Cuál es para ti la importancia de la divulgación en torno a la biomimética, desde el punto de vista de la construcción de una ciudadanía empoderada del conocimiento científico que se construye?
Yo creo que la biomimética presenta una oportunidad sin igual para concientizar a la sociedad y producir cambios, en relación a los problemas medioambientales en los que vivimos, que están incluidos dentro del concepto de calentamiento global. En la medida en que esa es una materia relevante para todos nosotros, porque va a definir nuestro futuro y el de las futuras generaciones, me parece que es absolutamente necesario que podamos entender las bases de este problema y las posibles soluciones que presenta la biomimética.
Por lo tanto, me parece muy importante que toda la producción de conocimiento nuevo que está involucrado con estas líneas de investigación, estén al alcance de las personas y de los niños sobre todo, para que se puedan motivar a estudiar, a dedicarse a estas problemáticas y así solucionar un problema global en el que estamos todos inmersos.