¿Realmente no se pueden predecir los terremotos? ¿Por qué entonces cada cierto tiempo aparecen supuestos expertos que al parecer le ‘achuntan’? ¿Saben algo que nosotros no?
En informes de prensa, Jorge Cremp, doctor en Ciencias de la Tierra de la Universidad de California y académico de la Universidad de Chile, nos da la clave; si una persona anuncia un sismo en forma rigurosa debe cumplir entregando la siguiente información exacta: “ubicación, magnitud y el momento en que se tiene que producir; y nadie ha podido realizar una predicción en la historia de la humanidad”.
Cremp es categórico en señalar que no se puede predecir los terremotos, porque se necesitan señales precursoras antes de que ocurra el sismo, “en sismología se han dedicado muchos esfuerzo para encontrarlas pero no se han encontrado”. Estas señales podrían ser pequeños sismos o señales electromagnéticas en las rocas, pero ninguna de estas señales se ha podido comprobar.
“El problema es que se está hablando de ‘mini-terremotos’, son tan pequeños que no se pueden medir, aunque se aumentaran los instrumentos y la calidad; es muy difícil encontrar estas señales precursoras, ya que dentro de la Tierra hay mucho ‘ruido’; son ondas que viajan en la tierra, y que se producen por otras razones”, explica.
CÓMO SABER DÓNDE SERÁ EL PRÓXIMO SISMO
En medios de prensa escrito, se indica que lo que sí es posible, es determinar dónde hay más posibilidades de que ocurra un sismo en las próximas décadas. Son lo que los especialistas denominan técnicamente “lagunas sísmicas” y que se determinan en función de cuánto tiempo una zona de ruptura de las placas tectónicas ha permanecido silente desde un último sismo mayor (en dónde no ha habido un terremoto).
El caso más conocido corresponde a la zona norte de Chile, donde dos grandes terremotos arrasaron con Iquique y Arica en 1868 y 1877. El terremoto de 2014, que alcanzó una magnitud de 8,2 grados, provocó una liberación de energía entre Iquique y Caleta Camarones, pero todavía hay una gran laguna sísmica que incluye a Arica.
Hay varios lugares del país que están en una situación semejante. Si bien la zona entre Los Vilos y Pichilemu ha sufrido fuertes terremotos, en 1971 y especialmente en 1985, se podría creer que la brecha de silencio sísmico ha sido cubierta, pero en términos de energía liberada -advierte Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional-, son bastante chicos.
En los últimos 450 años, la estadística mostraba que en Chile los terremotos de magnitud 8 ocurrían cada 10 a 12 años. Sin embargo, en los últimos años se han producido tres grandes (2010, 2014 y 2015) en apenas seis. “Claramente, la frecuencia es más alta”, dice el sismólogo Sergio Barrientos. “No sabemos por qué, pero no solo en Chile, sino que en el mundo entero hemos visto desde 2004 una sismicidad más alta que en los 40 años anteriores”.
‘CHARLATANES’
A juicio del sicólogo Crystian Sánchez, socio fundador del grupo Asociación Escéptica de Chile, el problema radica en que “existen ‘charlatanes’ que en el fondo juegan con las probabilidades, siempre se destaca cuando coinciden sus predicciones, pero jamás cuando no coinciden”.
