
2016 es el año en que el Programa Explora de CONICYT ha querido dedicar a la biomimética, una ciencia casi desconocida, pero bastante ocupada por la humanidad a lo largo de su historia. Por este motivo, nuestro PAR ha desarrollado varias charas en establecimientos educacionales de la región, explicando en qué consiste esta disciplina.
La última de ellas, fue efectuada por David González, científico asesor del PAR, en el Colegio La República de Rancagua, dentro del contexto de la VI Feria Científica de este establecimiento educacional.
Maribel Pérez, profesora de Biología del colegio, comentó que “Siempre hemos tenido muy buena recepción de parte de los estudiantes de las charlas de Explora. Acá participaron cursos desde 7° a 4° medio; a los chicos les fascinó el tema de la biomimética, motivadora, entretenida”.
Biomimética
Según explicó González, esta disciplina estudia la naturaleza, con el objetivo de imitarla, para resolver de forma eficiente problemáticas cotidianas del ser humano. La Biomimética tiene especial interés en investigaciones asociadas a la nanotecnología, robótica, inteligencia artificial, tecnología médica y la industria en general.
Se imita la naturaleza, porque ella, durante los más de 4 mil millones de años de evolución, ha podido resolver problemas, siendo muy eficiente y usando pocos recursos. Por esto, la humanidad siempre ha observado la naturaleza como fuente de inspiración al momento de buscar mejores materiales, métodos, soluciones, procesos, algoritmos, estructuras, herramientas, mecanismos y diseños.
Podemos mencionar hitos tan relevantes para la historia de la humanidad como el primer vuelo a motor, que es el resultado de la observación directa de la naturaleza: desde las máquinas voladoras de Da Vinci, hasta el primer vuelo de los hermanos Wright que se llevó a cabo el 17 de diciembre de 1903.
Nuestro país, y en especial la región de O’Higgins, no sólo tiene su riqueza en el cobre o el vino; sino también los altos niveles de endemismo; vale decir, especies animales y vegetales que sólo existen en nuestro territorio, y que las hace únicas en su evolución y en la forma de resolver diferentes problemáticas, que sin duda, pueden servir de guía a los científicos que se dedican a la Biomimética.
Por ejemplo, podemos observar desde las plantas que en el desierto son capaces de almacenar agua en condiciones adversas, hasta el picoroco (Austromegabalanus psittacus) que se aferra a las rocas en zonas costeras. La naturaleza tiene el potencial de enseñarnos cómo resolver problemas tan cotidianos como la escasez de agua o la necesidad de utilizar un pegamento para reparar cosas.
Es por ello que esta ciencia está tomando cada día más importancia no sólo en el mundo, sino también en nuestro país.