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Entrevista a Dra. Frida Piper: “La economía regional se sustenta en el bosque nativo, entender hasta cuándo vamos a tener este recurso es sumamente relevante”.

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  • 15 Julio, 2015

 

Frida Piper, Dra. en Ciencias Biológicas y especialista en eco fisiología de bosques, está desde el 2007 en la región de Aysén donde comenzó con un proyecto de post doctorado que trataba sobre cambio climático en lenga y después fue contratada por el CIEP y siguió muy interesada investigando el efecto del cambio climático sobre las especies arbóreas nativas, el estrés con que lidian las especies frente a temperaturas extremas y las defoliaciones o pérdida de hojas en los árboles.

Frida actualmente es una de las investigadoras científicas más destacadas que reside en la región de Aysén por la importancia y alcance de sus estudios e investigaciones y por la sistematicidad de las publicaciones que produce anualmente.

¿Cuál es la causa de estas defoliaciones que se producen en los bosques de Aysén?

“Las defoliaciones pueden ser causadas por agentes internos y externos. Tenemos defoliaciones causadas por factores bióticos o abióticos. Los bióticos son los herbívoros y factores internos que se relacionan a la misma fenología de la planta o el ataque de patógenos; los abióticos pueden ser el viento, una caída de granizo, un producto químico como un herbicida. Los modelos de cambio climático predicen que las defoliaciones por herbívoros van a aumentar con el incremento de temperatura y esto es algo que ya se está viendo en la región de una manera particularmente intensa.”

¿Cuál es el efecto que están produciendo estas defoliaciones en el crecimiento de especies nativas y sus repercusiones a nivel regional?

“Las defoliaciones de Ormiscodes amphimone (cuncuna espinuda) en las lengas causa un 60% de reducción en el crecimiento en comparación con las lengas que no sufren la defoliación de la cuncuna, este hecho es preocupante porque no sabemos cómo será la reacción del árbol a defoliaciones más intensas y frecuentes con las cuales no evolucionó. Es un dato además importante para la economía regional (extracción de leña, uso ganadero del suelo) y para el turismo; quién se imagina el Cerro Castillo sin las lengas, quien se imagina esta región solamente con la estepa y los coirones, la foto de la Patagonia chilena en el mundo son los glaciares y los bosques.”

¿Cómo las especies de bosque nativo pueden defenderse y sobrevivir a través del tiempo frente a estas condiciones climáticas tan extremas?

“Las especies tienen herramientas para hacerle frente a esas condiciones tan extremas y esas herramientas no las conocemos para el caso de nuestras especies, yo estoy trabajando en eso, en indagar en la adaptación a disturbios con particular enfoque en el almacenamiento de reservas. Estas especies ganan carbono por fotosíntesis como todas las plantas pero crecen muy lento, la pregunta es qué hacen con ese carbono. Lo que estamos viendo, que coincide con lo que se está viendo en otros lugares del mundo en zonas inhóspitas, es que lo guardan como reserva para cuando tienen estos disturbios tan fuertes. La reservas de carbono son algo así como una caja de ahorro que tienen las plantas, lo que les permite sobrevivir en tiempos de “bajos salarios”.

¿Cómo se puede describir o entender particularmente esta relación entre condiciones climáticas y las especies nativas predominantes en la Región?

“Esta es una región que se caracteriza por el estrés, con temperaturas muy extremas, no sólo en el invierno. De hecho el invierno es la estación menos preocupante para las plantas porque están en latencia, incluso las que tienen hojas en invierno. Cuando llega el verano, a diferencia de lo que sucede de Puerto Montt hacia el norte, las temperaturas siguen siendo bastante bajas (el verano es muy frio aquí). En Aysén caen frecuentemente heladas en primavera o incluso en verano cuando las plantas tienen todos sus brotecitos, sus yemas y sus tejidos nuevos más expuestos. Me interesa entender cómo este estrés estructura a las comunidades, como el estrés está determinando que tengamos ciertas formaciones vegetales hacia el litoral, que tengamos muchas menos especies arbóreas hacia el límite con Argentina en la estepa, que la lenga sea reina junto al ñire en gradientes de temperatura y precipitación. La escala desde donde abordo estas preguntas es de respuesta al estrés es la fisiología, es decir qué le pasa al árbol adentro, cómo maneja sus nutrientes, cómo maneja el carbono que gana por fotosíntesis, adonde lo invierte, si lo guarda o lo usa para crecer.”

¿Cuál es el aporte que implican tus investigaciones para el desarrollo en la región de Aysén?

“La economía regional se sustenta, en lo que refiere a especies arbóreas, en el bosque nativo; las plantaciones de especies exóticas se han realizado para fijar las pendientes y evitar la erosión, luego hay plantaciones que las han realizado empresas privadas con fines productivos pero que actualmente no se sabe claramente el destino. La realidad, nos guste o no, es que esta región se calefacciona a leña casi todo el año (mantenemos la estufa prendida hasta en enero). Además debido al mal aislamiento de las casas, tenemos un consumo muy alto de leña y el combustible de toda esa leña es el bosque nativo, entonces entender hasta cuándo vamos a tener bosque nativo tal como lo tenemos ahora es sumamente relevante.”

“La importancia regional de mis investigaciones es que permitan saber hasta cuándo tendremos un bosque nativo con la misma productividad actual, si está o no en peligro este bosque por estresores como la cuncuna o el aumento de la temperatura. Me contaba varios colegas que han empezado a ver sequias en los veranos de Aysén y árboles muertos por sequía, sino adelantarnos a los hechos para poder planificar el manejo o tener ciertas herramientas (aplicación de fertilizantes, riego).”

¿Cuáles son los desafíos a futuro en esta línea investigativa que se viene trabajando?

“Me quiero meter un poco más en los tipos funcionales, especies deciduas (o caducas), especies siempre-verdes, especies coníferas y especies que se llaman de “hoja ancha”, entender cuáles son las ventajas ecológicas de perder la hoja o quedarse con la hoja en invierno. Hay algunas teorías que se han hecho años atrás en otros lugares del mundo, neozelandeses y norteamericanos han escrito del tema. Cuando tu lees esos trabajos están escritos básicamente para sistemas donde tienen esos bosque separados, entonces dicen las coníferas siempre verdes crecen en lugares donde hace mucho frio en la alta montaña y resulta que aquí en los bosque de alta montaña tenemos lenga, especia decidua. Después hay otras teorías que tienen que ver con fertilidad del suelo que dicen que el árbol-siempre verde retiene la hoja porque botarla es arriesgarse a perder el nutriente en un suelo que como es tan pobre me lo puede quitar el vecino, entonces una manera de tener el nutriente conmigo es tener la hoja y reciclar el nutriente antes de perder la hoja. Sin embargo, resulta que acá en suelos muy pobres de la región tenemos el coigüe que es una especie siempre verde frecuentemente asociado con la lenga. Entonces todas esas teorías escritas desde el hemisferio norte no cierran en Patagonia. Además, aquí tenemos el modelo perfecto para comparar especies deciduas con siempreverdes, porque ese rasgos de botar o no la hoja se da dentro del mismo género Nothofagus”.

 

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