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Conoce los microcuentos ganadores del concurso “La Curiosidad Cuenta”

  • 20 Septiembre, 2018

cuentos2018 intLa iniciativa desafió a la comunidad regional de Aysén a escribir breves historias en torno a la curiosidad científica y el pensamiento crítico, en el marco del “Año de los Por qué” del Programa Explora de CONICYT.

Con la selección de seis obras ganadoras finalizó el concurso de microcuentos “La Curiosidad Cuenta” organizado por el PAR Explora de CONICYT Aysén del Campus Patagonia UACh. En su primera versión, el concurso recibió los trabajos de más de 60 jóvenes y adultas/os de las comunas de Coyhaique, Aysén, Cisnes y Guaitecas, quienes abordaron en textos de 100 palabras algunos fenómenos, descubrimientos e historias de científicas/os que llamaron su atención.

Las obras participantes fueron preseleccionadas por profesionales del Campus Patagonia UACh y posteriormente publicadas en el fanpage de Facebook del PAR Explora Aysén, espacio donde la comunidad pudo elegir y votar sus obras favoritas por categoría.

Los cuentos “Las nubes” de Kytzia Troncoso, “La luna de sangre” de Renato Valenzuela y “Un genio olvidado” de Antonia Varona obtuvieron el primer, segundo y tercer lugar, respectivamente, de la categoría juvenil.

Por su parte, en la categoría adulto/a, el primer lugar fue para el cuento “El gato de Schröndinger” de Alan Saldivia, el segundo para “Atracción subatómica” de Marcos Lagos, y el tercero para “Hipótesis para una capa de color verde” de José Benado.

Las/os ganadoras/es del concurso serán premiados durante la feria educativa “La Ciencia Sale a la Calle” que se realizará el próximo miércoles 3 de octubre en la Plaza de Armas de Coyhaique, en el marco de la XXIV Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología.

 

Microcuentos ganadores, categoría juvenil.

  1. Las nubes, por Kytzia Troncoso Olivero.
    Había una vez una niña de 5 años de edad que vivía en Miami, se llamaba Ignacia. Una mañana estaba durmiendo, soñó que corría con un caballo sobre las nubes y se preguntó ¿Las nubes son suaves? y de repente se despertó, buscó su libreta de sueños y escribió: “querida libreta de sueños, hoy soñé que yo corría sobre las nubes en un caballo, me pregunté ¿las nubes son como algodón?”. Fue donde papá y le preguntó ¿Papá, las nubes son suaves?. Su papá contestó: no, pero son como tu imaginación: existen, pero no se pueden tocar.
  2. La Luna de sangre, por Renato Valenzuela Villagrán.
    Una noche, Nicolás había salido a ver las estrellas con su perro. Andaba hipnotizado observando el cielo, cuando de pronto vio que la luna se tornaba roja como si estuviera herida. Nicolás, al desconocer este acontecimiento astronómico, corrió donde su padre muy asustado. Su padre le dijo que no tuviera miedo, que era la luna de siempre que parecía estar teñida de rojo debido a que la Tierra se interponía entre el sol y la luna formando un eclipse, y que algunos rayos del sol que pasaban, la teñían de rojo. Nicolás, aliviado, salió a verla, pero ya no estaba.
  3. Un genio olvidado, Por Antonia Varona Ojeda.
    En las oscuras calles de Nueva York, una carta de recomendación yacía entre las pálidas y delgadas manos de un croata, agotado por un largo viaje. En aquella carta se jugaba su vida, sus esperanzas y un próspero futuro. Todo esto se resumía en tan sólo un nombre: Thomas Alva Edison, quien sería su gran benefactor. Lo que Tesla jamás sospechó, fue que detrás de la amable apariencia del gran inventor Edison, se ocultaba un ser egoísta y soberbio que lo despojó de todas sus ideas, inventos e incluso de su dignidad. Tesla muere en la completa miseria y olvido.

 

 Microcuentos ganadores, categoría adulto.

  1. El gato de Schrödinger, por Alan Saldivia González.
    El gato despertó con frío, ¿cuánto llevaba ahí? no lo sabía, siempre lo mismo, el sujeto mirando por un agujero, el gas venenoso, él muriendo y viviendo, ya no recordaba cuando dormía en la alfombra de casa. Todo cambió cuando el señor Schrödinger decidió encerrarlo en esa caja para verlo vivir y morir una y otra vez. Nunca entendió el castigo de Prometeo, la eterna dialéctica de Hegel o la teoría de los multiversos, menos que estaba pasando a la historia como ícono de la mecánica cuántica. ¿Cuántos han muerto y vivido para el desarrollo de la ciencia humana?
  2. Atracción subatómica, por Marcos Lagos Angulo.
    “Ellos siempre están juntos” regañaba Electrón que ya no quería continuar en el átomo. Mister Partícula, estaba agotado de escuchar sus reclamos. Desde el núcleo, Protón afirmaba que Electrón era un pesimista y, que a pesar de que su carga era negativa, no era necesario vivir en todo momento con esa energía. “Debería observar nuestra amistad porque he visto que tampoco fluye con su Familia de Electrones” delataba Neutrón. Después de un silencio, Mister Partícula preguntó “¿Y ustedes, se han acercado alguna vez a conversar con Electrón?” (Protón y Neutrón estaban confundidos) “Entonces, vayan y me cuentan si hay atracción”.
  3. Hipótesis para una capa de color verde, por José Benado Wilson.
    Amanecía, había que partir hacia el cerro. Agarré el martillo y saqué una muestra. No había un único mineral, eran varios juntos: una roca. Al rasguñarla cayeron granitos diferentes: una roca sedimentaria. Con la cortaplumas traté de rallar los granos, pero la mayoría eran demasiado resistentes: una roca sedimentaria rica en cuarzo. Saqué la lupa y enfoqué la roca. Todos sus granos eran redondeados, como las piedras que transportan los ríos: una roca sedimentaria rica en cuarzo formada en un ambiente fluvial. La capa no era cobre, pero entonces, ¿cómo explicamos su color verde? Anochecía, había que regresar a casa.

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