Esta vez conversamos con Rodrigo Merino, Magíster en Innovación Tecnológica y Emprendimiento, y co-relator de los talleres de innovación del Programa de Investigación e Innovación Escolar, del Proyecto Explora Aysén del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y la Universidad Austral de Chile, Campus Patagonia.
Merino comentó algunas oportunidades que ofrecen los talleres de innovación escolar, la importancia de gestionar la innovación y se refirió a la conveniencia de “enamorarse del problema, más que de la solución”.
¿Qué oportunidades ofrecen los talleres de innovación?
Principalmente que los niños y las niñas no pierdan la capacidad de crear, que lo internalicen, aprendiendo cómo articular ciertos criterios que les permitan generar ideas exitosas. Que no pierdan la capacidad de ser fluidos, de pensar en ideas locas, en soluciones, de abordar diferentes puntos de vista y de ser originales. Nosotros buscamos que incorporen este mindset o mentalidad innovadora para que la utilicen como herramienta para la gestión de soluciones creativas, en base a las oportunidades o necesidades que identifiquen en sus entornos. Buscamos que generen todo tipo de soluciones en base a la gestión de la innovación. Es importante que las niñas y los niños metan las manos en la masa, que vayan prototipando, vayan generando experiencia. Hay aprendizajes y temas de formación que no tienen que ver tanto con contenidos educativos sino más bien con estas experiencias.
¿Qué importancia tiene gestionar la innovación?
Generalmente pasa, no solamente en lo escolar, sino a los adultos más que nada, que estamos en una época de la inmediatez, donde nos enfrentamos a un problema y generamos una solución inmediata. No comenzamos un ejercicio que nos permita generar múltiples soluciones, y quedarnos con las mejores, o que nos permita mezclar soluciones para crear algo nuevo que nos pueda dar un mayor impacto. Lo importante aquí cuando alguien llega con soluciones inmediatas es llevarles hacia atrás, para que descubran cuál es el problema que está detrás de la solución que están creando. En base a eso se pueden generar estos procesos de inmersión, como los llamamos en las metodologías de design thinking, que nos permite estudiar e investigar de qué se trata un problema, quiénes están relacionados en este problema, y en base a eso construir una gran pregunta que va servir para iniciar una investigación que nos guiará a la mejor solución.
Durante el taller se habló de la conveniencia de “enamorarse del problema, más que de la solución” ¿Por qué resulta favorable?
Gran parte de los emprendimientos, en el concepto de crear cosas, fracasa. Y fracasa básicamente porque no se gestionan correctamente los procesos creativos, los procesos de innovación. Se enamoran básicamente de las soluciones y no del problema en sí. Entonces, claro, uno puede generar inicialmente una idea exitosa, una solución, pero es súper fácil que te copien. En cambio, si te enamoras del problema, vas a tener un montón de herramientas y material desde donde puedes empezar a generar nuevas soluciones. Esa es la base de la innovación, el cómo tú te vas diferenciando en base a toda la información que generas luego de un proceso de inmersión. En estos procesos, si eres capaz de seguir investigando un problema, puedes generar múltiples soluciones.
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