Diagnosticada a los cinco años con anemia de células falciformes, enfermedad que hace que el organismo produzca glóbulos rojos de forma anormal (en forma de medialuna), una paciente congolesa emigró a Bélgica para su tratamiento. Fue sometida a un trasplante de médula ósea y por lo tanto, a quimioterapia, lo que podía causarle infertilidad. Como aún no podían congelar sus óvulos, pues estaba entrando a la pubertad, a los 14 años decidieron extraerle tejido ovárico y congelarlo, para aumentar las posibilidades de que, en la adultez, pudiera quedar embarazada.
Diez años después del procedimiento, el tejido extraído de su ovario le fue trasplantado de vuelta, consiguiendo la regeneración de este y que la mujer, ahora de 27 años, diera a luz un niño sano.
De acuerdo al estudio, publicado en la revista Human Reproduction, es el primer nacimiento vivo después de un autoinjerto de tejido ovárico, en una paciente a la que el procedimiento de extracción se le realizó antes de la pubertad. “Este primer informe de restauración de la fertilidad con éxito después del injerto de tejido ovárico criopreservado antes de la menarquia, ofrece evidencia tranquilizadora para la viabilidad del procedimiento cuando se realiza durante la infancia”, dice el artículo liderado por Isabelle Demeestere, de la U. Libre de Bruselas.
Proceso
A los 11 años, cuando comenzaba el tratamiento, se les ofreció a los padres congelar el tejido ovárico, lo que finalmente realizaron cuando la niña tenía 13 años y 11 meses y nunca había experimentado la menstruación.
Diez años después de la extracción del tejido, la paciente indica que quiere quedar embarazada, por lo que fue sometida al trasplante, con el fin de restaurar su fertilidad. Cuatro piezas de tejido fueron reinjertadas en su ovario izquierdo residual, seis en la bolsa peritoneal derecha y cinco subcutáneamente. Cinco meses después de esto, su ciclo menstrual se hizo regular y tras más de dos años post trasplante, tuvo un embarazo espontáneo y su bebé nació sano en noviembre de 2014.
Si bien, el avance de los tratamientos contra enfermedades hematológicas ha mejorado la cantidad de sobrevivientes, el riesgo de subfertilidad e insuficiencia ovárica prematura supera el 80% en los sobrevivientes de cáncer infantil, dice el artículo. Aunque no está claro si la misma técnica podría tener éxito en niños más pequeños, “este es un avance importante en el campo, porque los niños son los pacientes que tienen más probabilidades de beneficiarse en el futuro”, dijo Demeestere en un comunicado.
El tejido ovárico en la paciente del estudio parece estar funcionando normalmente y es posible pueda tener otro hijo, agregó la especialista. “Ella tiene la posibilidad de someterse a un segundo trasplante con el tejido congelado restante si el injerto deja de funcionar, ya que no trasplantamos todo el tejido ovárico la primera vez”.
Fuente: Latercera
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