La importancia de protegerse del sol

  • 13 Febrero, 2015

Estamos en medio del verano y los rayos del sol afectan con mayor intensidad nuestra piel. Las ganas de lucir una piel bronceada, así como la nutrida oferta del mercado para la protección solar pueden confundir a las personas. Por ello resulta importante conocer la verdadera efectividad de los productos que día a día aplicamos para cuidar nuestra piel, el órgano más extenso del cuerpo, de los rayos UV, que incluso podrían en caso de descuido, provocarnos cáncer.
 

¿Qué son los protectores solares?

Según explica el dermatólogo y docente de la Universidad Católica, Dr. Sergio Silva, los protectores solares son “compuestos que disminuyen o evitan el efecto de la Radiación UV sobre la piel por medio de la absorción, bloqueo o dispersión de la energía que porta esta radiación”. Estos protectores, o pantallas solares pueden adquirirse en el comercio de acuerdo a niveles de protección o FPS (factor de protección solar), siendo los de mayor número, como el 50, los que brindan más protección. Por ejemplo, una pantalla solar de factor 30, siempre protegerá más nuestra piel que una de factor 15. El factor de protección solar obedece a la medición objetiva de la capacidad del compuesto para disminuir los efectos de la radiación UV en nuestra piel. “La piel a la que se le aplica un protector solar con factor 30, en condiciones de laboratorio, recibe 30 veces menos radiación que la que no lo tiene”, señala Silva. Al utilizarlos de forma reiterada, estos protegen a la piel en contra del envejecimiento prematuro de la piel y contra el cáncer causado por el daño celular.

Según explica la dermatóloga Cecilia Orlandi de la Universidad Diego Portales, el factor que cada uno use tiene que ver también con el color de la piel. “Si tienes piel morena, es suficiente con un filtro 30; si eres de piel blanca, ojos claros, pero sin mayor problema con tu piel, estarías bien con un filtro 50; ahora si eres muy blanco, o colorín, tienes piel muy sensible o una patología especial, siempre se recomienda aplicar un 50+, que son los más altos que existen en el mercado actualmente”.

Para que estos protectores solares sean efectivos, deben aplicarse al menos 30 minutos antes de la exposición al sol, para que así este se adhiera a las proteínas superficiales que tenemos en la piel y cumpla la función de protegernos de los rayos solares.

Estos productos están contraindicados para bebés de menos de seis meses, ya que según explica Catalina Ugarte, Química Farmacéutica y docente de Tecnología Cosmética de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, los menores “deben ser protegidos de los rayos solares evitando su exposición directa y los bebés pequeños no deben ser expuestos, mientras que los niños de 6 meses en adelante y los niños en general, pueden utilizar productos especialmente formulados para sus pieles sensibles, con micropigmentos o filtros físicos micronizados, sin perfumes, ni filtros de acción química que los protegerán de la exposición indirecta al sol”.

Al utilizarlos en forma reiterada protegen la piel contra el envejecimiento prematuro y el daño en las células que se puede traducir en cáncer a la piel.

Hay que señalar que también existen al alcance del consumidor, productos que no poseen protección solar alguna, como los auto-bronceantes y aceleradores de bronceado, que según el dermatólogo Silva, tampoco tienen el efecto que las personas esperan al adquirirlos. Y agrega: “no existen los bronceadores, lo único que pigmenta la piel es la exposición a la radiación UV con todas sus consecuencias. Los llamados auto-bronceantes son pigmentos que colorean la piel de una manera similar a como lo hace el bronceado natural, pero a diferencia de éste no confiere protección alguna contra la radiación UV.

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