Hoy escuché a mi mamá decir “el clima ya no es el mismo de antes”. Me pregunté ¿será eso verdad? entonces busqué información sobre el clima y en la región de Tarapacá descubrí que existe un proyecto que pretende determinar la variabilidad climática en las últimas décadas. El encargado de este proyecto es Damián Córdoba, aquí les dejo su entrevista.
Damián Córdoba nació en Colombia, pero vivió la mayor parte en España. Fue allí donde se recibió como Ingeniero Geólogo en la Universidad de Salamanca, para luego especializarse en Hidrogeología en la Universidad de Alcalá.
Actualmente es investigador en el área hidrogeología del CIDERH de la Universidad Arturo Prat y jefe del proyecto del Fondo de Protección Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente titulado “Determinación de índices de extremos climáticos para la visualización de cambio climático y su posible incidencia en los recursos hídricos de la Región de Tarapacá”, ejecutado por el Centro de Investigación y Desarrollo en Recursos Hídricos.
El proyecto tendrá por objetivo general el determinar la variabilidad climática en las últimas décadas en la Región de Tarapacá y su posible incidencia en los recursos hídricos en la región.
-¿En qué consiste el FPA de cambio climático?
-Lo que estamos haciendo es generar una línea base, desde el punto de vista social, con el objetivo de caracterizar el clima de la región de Tarapacá, la variabilidad del clima y cómo se percibe. Se puede trabajar a partir de esa percepción con la comunidad, tomar medidas, porque sabemos que el clima es una variable natural que incide mucho en el funcionamiento de las comunidades.
-¿Hay estudios previos sobre el clima en la región?
-Si, la caracterización climática la hace todo centro geográfico, lo que ocurre es que la escala con la que se hace sobrestima la particularidad que puede existir en una región tan diversa como esta, diversa no solamente por su población sino por las características físicas que tiene, tenemos un litoral costero, en una hora llegamos al desierto, después tenemos el altiplano donde hay lluvias, otro tipo de vegetación, son particularidades que hay que ver con lupa. Respecto al tema de variabilidad existen estudios, pero la escala de estudios no permite concretar en los cambios certeros que pueden ocurrir en la región por esas características.
Nosotros lo que pretendemos es a partir de la experiencia que tenemos en la región, intentar obtener resultados más asertivos a las características que tiene la zona, aplicamos metodologías que son del área, que permiten generar una línea base.
-¿Qué beneficios tendrá este FPA para la comunidad?
-Uno de los grandes beneficios a partir de un planteamiento técnico, es saber cómo ha evolucionado el clima a lo largo del tiempo, en 30 años. La idea es validar esta información para fines de predictibilidad. Somos un ente referente por estar en la zona más árida del mundo y como región podemos generar metodologías que pueden ser aplicadas a otras zonas. Como centro de investigación tenemos que relacionarnos con la comunidad científica internacional, ideal es ver como las características locales que se repiten en otros lugares.
-¿Qué les dirías a los jóvenes y niños que quieren aprender sobre ciencia?
– Les diría que la herramienta más viable para aprender es la lectura, detrás de esos programas de televisión que nosotros vemos hay alguien que los prepara y alguien que lee. Además les diría que hay que ser receptivos pero con crítica, no ser criticones, pero si cuestionarse el porqué de las cosas, vinculando esa duda a distintas fuentes de información ya que la mejor herramienta para generar argumentos y adoptar posiciones es siempre la lectura.
Después de esta entretenida conversación descubrí que mi mamá si tenía razón y el clima ha cambiado en la región de Tarapacá. Esperaré ver los resultados de este interesante proyecto. Nos vemos en la próxima entrevista de Keño Pequeño, el Tarapaqueño.
