Amey Pinto, especialista en educación con enfoque de género: “El gran desafío es la transversalización en todo el currículum”

Amey Pinto (edit)
  • 16 Octubre, 2023

El miércoles 11 de octubre se celebró el Día Internacional de la Niña, una fecha declarada en 2011 por la Organización de Naciones Unidas (ONU) con el fin de crear conciencia sobre los desafíos de las niñas en el mundo, especialmente en los países en desarrollo, promoviendo su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos. 

 

“La educación mejora la salud y el bienestar de las niñas y adolescentes”, declara la Unicef. En esa línea, ¿cómo podemos generar en los diferentes espacios educativos las condiciones adecuadas que las mujeres puedan desarrollarse plenamente? ¿Qué papel juega el enfoque de género en este proceso? ¿Qué tan avanzado se encuentra nuestro país en la materia? 

 

Conversamos en profundidad con Amey Pinto Wong, educadora de párvulos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso especializada en Educación Inicial, Teorías de Género, Infancias, Derechos Humanos y Responsabilidad Social. 

 

¿Qué avances has observado, en el panorama actual en los espacios educativos en cuanto a enfoque de género? ¿Qué aspectos aún están pendientes por mejorar? 

  

R: Lo primero que es importante entender es que la perspectiva de género es parte de un proceso histórico de transformación social, impulsado por los movimientos feministas. En Chile está el mayo feminista de 2018, que generó cambios sobre la mirada de la perspectiva de género en el ámbito universitario, y que luego bajó y permeó el resto del currículum con cambios sociales y culturales. Estos mismos movimientos han motivado cambios en el marco normativo internacional y nacional que también han permeado en el currículum educativo: por ejemplo, la Convención de Belém do Pará de 1994 aborda la perspectiva de género en función de erradicar la violencia contra las mujeres en los distintos espacios, y particularmente en los educativos, concebidos como espacios que reproducen la violencia. Del mismo modo la ONU, con los objetivos de Desarrollo Sostenible de 2015. Todo ello ha permeado en las normativas nacionales, y desde hace ya varios años han surgido una serie de leyes en el ámbito educativo, que han movilizado el tema de los espacios educativos con perspectiva de género, como la Ley de Identidad de Género y la Ley de Violencia contra las Mujeres. El Ministerio de Educación también ha generado una serie de normativas, circulares y orientación para trabajar la temática. Entonces, efectivamente en la actualidad hay avances, pero a la vez hay bastantes desafíos. Las brechas de género siguen siendo una de las principales desigualdades a nivel mundial, y una de las más persistentes a lo largo de la historia. Por ende, es un tremendo desafío para los espacios educativos el profundizar y consolidar esta perspectiva, pero además transversalizarla a todo el currículum. 

 

¿Cuál es la importancia de educar con enfoque de género?  

 

R: La Declaración Universal de los Derechos Humanos nos señala que todos los seres humanos, sólo por el hecho de ser personas, tenemos igualdad de derechos. Sin embargo, esto no necesariamente ha permeado a toda la sociedad, y tenemos grupos que han sido persistentemente discriminados y excluidos, como las mujeres, las diversidades y disidencias sexuales. El enfoque de género reconoce la dignidad intrínseca, los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la sociedad humana. 

 

¿Qué cambios puede generar en el entorno educativo, tanto en niñas como en niños? 

 

R: La socialización de género se inicia a los dos años de vida. Es un dato no menor: a esa edad empiezan a construir su propia identidad, y en el proceso influye la cultura, la sociedad y el contexto. Eso significa que tempranamente, y para el resto de su vida, asumen estereotipos de género; y eso nos obliga a abordar, lo antes posible, la identidad de género en el currículum y en toda la comunidad educativa. Yo rescato tres ideas esenciales: (1) Hay que desarrollar factores protectores dentro de la escuela para prevenir situaciones de violencia de género, no solamente hacia las niñas y mujeres, sino hacia las diversidades y disidencias sexuales. (2) Hay que desarrollar factores protectores para su propia identidad; y (3) para abordar las barreras a la participación en el aprendizaje, que se transversalizan y perpetúan a lo largo de toda la trayectoria de niñas, niños, diversidades y disidencias sexuales. 

 

¿Qué aspectos deben tener en cuenta los y las agentes educativas para alcanzar, con eficacia, una educación con enfoque de género? 

  

R: El gran desafío que tenemos en este minuto a nivel escolar es la transversalización de la perspectiva de género en todo el currículum. La Agencia de la Calidad de la Educación destaca cinco dimensiones en relación a la gestión educativa: (1) Liderazgo. A nivel directivo de los diversos establecimientos educativos debe haber una gestión pedagógica que tenga foco en la no exclusión ni discriminación por razones de género, y que también aborde los factores protectores mencionados anteriormente. Ese liderazgo tiene que ser compartido: las y los líderes educativos deben tener una visión pedagógica, y a la vez esta debe permear a toda la comunidad educativa. (2) Vinculo con las familias y las comunidades. Sabemos que la cultura juvenil está a la vanguardia en términos de respeto por las identidades de género, y la cultura adulta en este momento está en un proceso de transformación. Es el rol de la escuela promover estos cambios que la sociedad establece y que, además, los jóvenes nos vienen empujando a nivel del vínculo con las familias y con el resto de las comunidades educativas. (3) Gestión pedagógica. Una de las principales brechas de género se da dentro de las interacciones pedagógicas que suceden dentro del aula. La gestión curricular, los textos de estudios, las preguntas que desarrollamos con las niñas y niños, el ambiente, la propuesta de experiencias de aprendizaje, el lenguaje que utilizamos… Todo aquello tiene que estar permeado por la perspectiva de género. (4) Bienestar integral. Sabemos que los grupos que están siendo discriminados y excluidos, por el contexto cultural o la violencia de género, tienen mucho más riesgo de verse afectados por situaciones vinculadas a la salud mental. Debemos enseñar y aprender a respetarnos entre todas y todos. (5) Gestión de los recursos. Los libros de cuentos, los textos de estudio, el material que les ofrecemos, la gestión de espacios equitativos para niñas y niños… El mirar aquello desde una perspectiva crítica nos permite abordar el enfoque de género. 

 

¿Cuál es tu proyección respecto al futuro de la educación en Chile? ¿Es posible instaurar el enfoque de género en la totalidad del sistema educativo nacional? 

 

R: Creer en esto significa creer en una cultura de la paz, como dice María Montessori. Cuando hablamos de perspectiva de género, hablamos desde la base del enfoque de derecho, y pensamos en espacios educativos que no excluyan, no discriminen, que sean espacios protectores y que resguarden el derecho de todas y todos. En ese sentido, las proyecciones que esta temática tiene son absolutamente posibles e imperativas de desarrollar. Además, hay modelos internacionales que ya han avanzado mucho más que en Chile en esta temática, entonces queremos y podemos mirar hacia allá. Yo quiero quedarme con un texto del Marco para la Buena Enseñanza de Educación Parvularia, que nos indica que debiesen orientarse prácticas pedagógicas libres de género, ampliando la construcción social y cultural del enfoque, reconociendo que niñas y niños tienen el mismo potencial de aprendizaje y desarrollo, las mismas posibilidades de disfrutar por igual de aquellos bienes valorados socialmente, y reconociendo la igualdad de derecho. Es un fin que ya está escrito por las políticas educativas actuales; entonces, pensar en esta proyección no es un sueño irreal, sino que posible.

 


 

Te invitamos a revisar la Guía de Apoyo sobre Perspectiva de Género en Educación Inicial, editada por nuestro PAR Explora en el marco del Programa de Indagación para Primeras Edades.

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