Con motivo de la conmemoración del 1 de mayo, queremos destacar la importante labor que los trabajadores y trabajadoras realizan en la Antártica para que científicos e investigadores de todo el mundo puedan desarrollar exitosamente sus proyectos.
Para nadie es un misterio que el continente antártico alberga en cada temporada a cerca de 200 personas, principalmente científicos que viajan a este lugar como parte de sus proyectos e investigaciones. Pero también se encuentran aquellos que trabajan bajo perfil y que logran que todo esté en óptimas condiciones para la llegada de estos profesionales al continente blanco.
Marcela Andrade es ingeniera en construcción, y trabaja junto a su equipo en distintos tipos de remodelación o modificación de espacios a lo largo de la región de Magallanes. Algo común para ella, excepto porque uno de sus últimos trabajos fue en la Antártica, donde debió lidiar con las condiciones climáticas y aprovechar al máximo los días durante su estadía para cumplir por completo su labor.
Regresó hace algunas semanas después de cinco meses a cargo de la remodelación de dos laboratorios de Base Escudero, en la Isla Rey Jorge. Cambio de pisos, mejoramiento de electricidad y servicios sanitarios fueron alguna de las tareas.
Mejoramiento en laboratorios y luminaria de dos laboratorios en Base Escudero estuvieron a cargo de Marcela Andrade, Ingeniera en Construcción.
“Es casi lo mismo que trabajar en Punta Arenas. Tienes gente a cargo, maestros, eléctricos, pero lo más complejo obviamente es estar aislados. Eso sí, si te falta un material o de repente a alguna persona se le quedó alguna herramienta y no tenemos personal de recambio, se complica”, explica la joven.
En un lugar con clima adverso, donde la temperatura alcanza los 0° en verano y en promedio no supera los -12° durante el invierno, la planificación y el trabajo cooperativo se vuelve indispensable.
“Cuando estás trabajando en una obra en la ciudad, por ejemplo, no hay nadie viviendo adentro de la casa o edificio, así que puedes entrar y salir sin molestar a nadie. Acá en cambio en la Base Escudero la gente estaba constantemente ahí. Lo bueno es que igual está el apoyo de la FACH y de los barcos que, en caso de ser necesario, te apoyan con traslados de emergencia”, aseveró.
Opinión similar tiene César Cárdenas, biólogo y miembro del Departamento de Científicos del Instituto Antártico Chileno, INACH: “Uno solo casi no puede hacer prácticamente nada, se ve mucho la cooperación entre grupo, entre países, y ese es un ambiente súper rico que vale la pena explorarlo”.
César Cárdenas, biólogo marino de INACH, se encarga de la logística de las expediciones científicas en Base Escudero.
“Cumplir los horarios es fundamental, hay que aprovechar lo más posible la estadía. Sabes que no puedes ‘desperdiciar’ ningún día porque el clima cambia constantemente. Las jornadas de trabajo son bastante intensas, requiere de sacrificos, esfuerzo, te tiene que gustar estar ahí. Acá tienes que ponerte mucha mucha ropa, te cansas de solo moverte, y el frío te maltrata, pero también el hecho de trabajar en un ecosistema tan particular es algo único”, agrega Cárdenas.
En un lugar con clima adverso, donde la temperatura alcanza los 0° en verano y en promedio no supera los -12° durante el invierno, la planificación y el trabajo cooperativo se vuelve indispensable.
Si hablamos de logística en la Antártica, la Fuerza Aérea de Chile juega un rol fundamental pues cumple una misión geoestratégica para nuestro país, aportando de manera permanente a la conectividad con el continente blanco, y desarrollando un trabajo coordinado con diversas instituciones, en un marco de respeto del Tratado Antártico.
El aeródromo Teniente Rodolfo Marsh, ubicado en la Base Aérea Antártica Presidente Eduardo Frei Montalva, se ha constituido para muchos países e investigadores en la puerta de entrada a la Antártica, siendo un importante apoyo a las expediciones y bases internacionales.
La base Presidente Frei Montalva está conformada por una dotación de alrededor de 40 personas en periodo normal, lo que aumenta en época estival producto de las labores de mantenimiento y apoyo logístico. Esta Base se encuentra operativa los 365 días del año y cuenta con material aéreo permanente para desarrollar operaciones de servicio de búsqueda y salvamento aéreo, evacuaciones aeromédicas y otras de apoyo humanitario, lo que ha permitido entregar asistencia oportuna ante emergencias en el territorio antártico.
Un ecosistema perfecto para la ciencia
Base Escudero es la principal base científica de Chile en la Antártica. Actualmente en ella científicos de todo el mundo realizan investigaciones sobre cambio climático, ecología, ecología, geología, entre otros. El lugar cuenta con todo lo necesario para su estadía. “Ahí tienen un comedor con una vista espectacular, así que imagina lo que es tomar desayuno ahí, los cielos son preciosos”, cuenta Marcela Andrade.
En estos años de Feria Antártica Escolar hemos sido capaces de crear una comunidad antártica escolar y por eso hemos decidido realizarla igual, pero innovando”, director del INACH, Dr. Marcelo Leppe.
“La flora y la fauna que se ve, los paisajes, todo es increíble, es muy hermoso. La riqueza del ambiente, la oportunidad de conocer organismos únicos que habitan ahí, y el conocer en carne propia todo lo que allí ocurre es algo indescriptible”, complementa César Cárdenas.
Ambos coinciden en que el intercambio cultural y el aprender de otros es una experiencia única, ideal para quienes tienen un interés particular por la investigación científica.
Es una experiencia que escolares de todo Chile han podido vivir gracias a la Feria Antártica Escolar (FAE), concurso que por 17 años ha liderado INACH, y donde los y las jóvenes participantes tienen la oportunidad de presentar propuestas de investigación antártica, con la posibilidad de ganar un viaje a este inhóspito lugar.
“No han sido tiempos fáciles para nadie, especialmente cuando sabemos que chilenos y chilenas no lo están pasando bien por esta pandemia. En estos años de feria hemos sido capaces de crear una comunidad antártica escolar y por eso hemos decidido realizarla igual, pero innovando”, afirmó el director del INACH, Dr. Marcelo Leppe.
En este contexto, la mayor novedad de esta versión de la FAE 2020 es la Estación Antártica Virtual. Según Paulina Rojas Paredes, directora de la feria, “utilizando herramientas digitales realizaremos sesiones masivas para abordar contenidos generales sobre la Antártica y el abecedario de la investigación científica, contando con investigadores antárticos de diferentes disciplinas. Además, realizaremos sesiones por equipo o grupos de equipos acotados temáticamente, para resolver dudas puntuales, proveerles de material de consulta adecuado, es decir, nos desafiamos como equipo para adaptarnos y brindar un acompañamiento que por virtual no pierda lo dinámico”.
Más detalles y bases se pueden encontrar en www.inach.cl/fae
*Imágenes cedidas por Comunicaciones INACH
