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El buceo científico: Aporte a la conservación de ecosistemas y recursos costeros

  • 6 junio, 2016

 

Investigador del Centro I-mar de la Universidad de Los Lagos utiliza técnica de buceo científico para determinar las principales características y efectos de los bosques submareales de algas pardas (huiro) sobre ecosistemas de ambientes acuáticos presentes en la Región de Los Lagos.

Juan Carlos Barría Ricke
Periodista PAR EXPLORA de CONICYT Los Lagos


Chile posee unos 4.300 kilómetros de costa. En la Región de Los Lagos, se realiza un intenso trabajo de investigación científica vinculado con el mar y sus productos, los que son el pilar fundamental del desarrollo económico de la zona austral. En ese ámbito, el buceo científico surge como una importante herramienta de trabajo utilizada en iniciativas de impacto ambiental; programas de seguimiento de ecosistemas marinos; descripción de ecosistemas subacuáticos; e inventarios de especies, entre otras temáticas.

Esta técnica permite obtener información ambiental en los paisajes sumergidos; describir variables ambientales mediante muestreos directos, llevados a cabo por buceadores especializados, y aportar a investigaciones subacuáticas, siendo reconocido (el buceo) por la comunidad científica internacional como una solución útil en el estudio y conservación de la biodiversidad y los ecosistemas.

En estos entornos sumergidos, existen variables biológicas y ambientales que tan sólo pueden describirse mediante muestreos directos llevados a cabo por buceadores especializados. En Chile esta labor es realizada principalmente por profesionales de las ciencias del mar que han obtenido su matrícula de buzo especialista, la que es otorgada por la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar).

Fondos marinos: Las algas
Dentro de las investigaciones realizadas mediante buceo científico es importante destacar el mundo de las algas. Este grupo heterogéneo de organismos vegetales cuenta con unas 50 mil especies, entre las que se encuentran, desde especies unicelulares, hasta algas que pueden medir sobre 50 metros.

Además se caracterizan por ser autótrofos; es decir, realizan fotosíntesis. Las algas viven en dos tipos de condiciones muy distintas; unas lo hacen flotando en la columna de agua, son unicelulares y se las conoce con el nombre de algas plantónicas; las otras viven adheridas a rocas u otros sustratos, y se las conoce con el nombre de algas bentónicas.

Investigaciones de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile dan cuenta que en nuestro país «existen aproximadamente 400 especies de algas bentónicas, de ellas las más conocidas por la población representan menos del 1% del total. Las especies más comunes son exportadas como materia prima, usadas internamente en las industrias de alginatos y agar, y en menor grado, consumidas como alimentos, pero durante los últimos años ha aumentado significativamente la importancia económica y social de este recurso natural renovable».

Investigación local: Bosques submareales
En el Centro de Investigación y Desarrollo de Recursos de Ambientes Costeros (I-mar) de la Universidad de Los Lagos, el Ecólogo Marino y Doctor (c) en Ciencias, Juan José Rodríguez, está llevando a cabo un trabajo de investigación vinculado a la observación de la macroalga huiro (Macrocystis pyrifera) por medio del buceo científico.

El profesional sostiene que «el buceo científico corresponde a una herramienta de trabajo que nos permite obtener información bajo el agua (entorno marino y/o continental) aportando al desarrollo de investigación científica multidisciplinaria relativa al manejo sustentable de recursos y ambientes costeros del sur de Chile». El Ecólogo Marino agrega que «el buceo científico es muy variado y se extiende desde el monitoreo ambiental para diferenciar cambios ambientales naturales, hasta las consecuencias de la actividad antrópica»

El trabajo del Doctor (c) Rodríguez se sustenta en el área «Agronomía de Macroalgas», línea base para los cultivos de algas y el control de plagas. El profesional investiga el huiro (Macrocystis pyrifera), alga que según datos de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) «se distribuye ampliamente, desde Alaska a Baja California, Sudáfrica, sur de Australia y la costa atlántica sur de Sudamérica. En Chile es posible encontrarla desde Tocopilla a Cabo de Hornos».

    El buceo científico: Aporte a la conservación de ecosistemas y recursos costeros

La investigación del Ecólogo Marino, Juan José Rodríguez, pretende dar cuenta de la abundancia de un herbívoro (Peramphithoe femorata) que se alimenta y vive sobre el alga huiro, en el mar interior de Chiloé. El Doctor (c) Rodríguez señala que está explorando, mediante el buceo científico, «la estrategia de vida de su alga hospedero que podría actuar como el factor principal que regule la abundancia de los mesoh
erbívoros».

El Investigador, que además se desempeña como tutor científico (hace dos años) de los Clubes de Apoyo a la Investigación Científica Escolar (CAICE) del Proyecto Asociativo Regional Explora Los Lagos, se encuentra diseñando estrategias de trabajo como muestreos visuales e instalación de artefactos para colectar organismos en los bosques submareales de macroalgas, que permitan estimar las densidades del alga parda huiro, de sus herbívoros, el número de especies de peces y sus abundancias asociadas a estos entornos variables.

Relevancia y usos del huiro
Es una de las algas más abundantes y conocidas de nuestras costas. El huiro es fundamental para el ecosistema litoral, ya que proporciona refugio a numerosas especies y alimento a otras. Su gran tamaño y movimiento contribuye a la oxigenación del mar. Esta alga parda generalmente actúa como sustrato para un importante número de moluscos, erizos y peces.

El Doctor en Biología, mención Ecología, Alejandro Buschmann, destacado investigador nacional del Centro I-mar de la Universidad de Los Lagos, indica que «los bosques de alga parda gigante Macrocystis pyrifera, son de los más conspicuos del planeta y un componente basal para la funcionalidad de los ecosistemas costeros».

El Doctor Buschmann, quien encabeza las investigaciones vinculadas con buceo científico y macroalgas, concluye que «en el sur de Chile la acuicultura ha tenido un explosivo desarrollo, así como el cultivo de esta alga parda podrían contribuir en un futuro a la alimentación, humana y animal; como aditivo para la confección de fertilizantes y reguladores de crecimiento para aplicaciones agronómicas, además de la producción de alginatos y su uso como biorremediador de procesos de eutrofización (enriquecimiento en nutrientes de un ecosistema)».

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