Más de 20 mil zarapitos viajan 14 mil kilómetros cada año -desde el hemisferio norte- hasta humedales que abarcan más de mil 900 hectáreas en la Región de Los Lagos. Estudios han logrado determinar que este fenómeno se debería a la presencia de poliquetos (gusanos marinos) en las zonas intermareales de la isla de Chiloé.
Por: Juan Carlos Barría Ricke
Periodista PAR EXPLORA de CONICYT Los Lagos
Chiloé se caracteriza por sus humedales costeros y aves acuáticas. Sus costas tienen gran importancia para la invernada de diversas especies de aves que viajan anualmente más de 30 mil kilómetros (ida y regreso), desde la Tundra de Alaska, en Estados Unidos, hasta la isla de Chiloé en búsqueda de alimento.
El archipiélago chilote se caracteriza por concentrar más de 20 mil zarapitos que cada año viajan desde el hemisferio norte -donde se reproducen- hasta los humedales que abarcan una superficie de aproximadamente mil 900 hectáreas. Este ecosistema perfecto como fuente alimenticia para diversas especies de aves se emplaza en las localidades de: Caulín, Curaco de Vélez, Pullao, Chullec, Rilán, San Juan, Castro, Putemún, Teguel, Nercón y Quinchao.
En 2011, y con la finalidad de preservar este entorno natural, se elaboró el «Plan de Conservación de Aves Playeras Migratorias de Chiloé», que contó con la participación de científicos nacionales y extranjeros, además de organizaciones no gubernamentales y servicios públicos. Lo anterior, posibilitó que los humedales orientales de Chiloé sean hoy en día considerados como: «Sitios de Importancia Hemisférica» por la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP) y cuenten con el estatus de «Área de Importancia para las Aves», por Birdlife International.
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Monitoreo costero
En la actualidad se encuentra en ejecución la Tercera Fase del «Plan de Conservación de Aves Playeras Migratorias de Chiloé», a través de Manomet Center forConservationSciences, U.S. Fish and WildlifeService, NationalAudubonSociety y las ONGs chilenas Conservación Marina y el Centro de Estudios y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN).
Durante 2012 a raíz de la investigación encargada a la Facultad de Ciencias de la Universidad Santo Tomás, encabezada por la Doctora Carmen Espoz, la casa de estudios comienza con monitoreos biológicos de comunidades de macroinvertebradosintermareales presentes en Caulín y Curaco de Vélez.
El Doctor Luis Balboa, Director del Departamento de Ciencias Básicas y del Programa de Magister en Manejo y Gestión Ambiental de la Universidad Santo Tomás, sede Puerto Montt, señala que «el trabajo que realizamos apunta a determinar la disponibilidad de presas para aves migratorias que llegan a la isla de Chiloé en época estival».
El Doctor Balboa, destaca que «la investigación es fundamental para la conservación de estos sitios (planicies mareales), puesto que aves como el Zarapito de pico recto (Limosa haemastica), viajan alrededor de 14 mil kilómetros para alimentarse durante el invierno boreal. En consecuencia, mantener un monitoreo continuo, permite comprender las posibles situaciones locales que afectan al estado de condición de la población de estas aves migratorias».
Migración masiva: ¿A qué se debe?
Los humedales de Chiloé albergan durante el verano el 99% de la población de Zarapito de pico recto (Limosa haemastica) y el 61% de la población del Zarapito común (Numeniusphaeopus) de la Costa del Pacífico. Ambas especies se reproducen en América del Norte y se consideran de «alta preocupación» para el Plan de Conservación de Aves Playeras de los Estados Unidos.
«Los resultados de nuestras investigaciones muestran que la abundancia y biomasa de algunos poliquetos, comúnmente llamados «gusanos marinos», Perinereisgualpensis, P. vallata,Boccardiawellingtonensis, y los crustáceos anfípodos Corophiumbonelli y Hyalegrandicornis, son relevantes como fuente de alimentación para las aves migratorias que llegan a Caulín y Curaco de Vélez. Por tanto, las relaciones tróficas entre macroinvertebrados presentes en las áreas de alimentación y las aves que anualmente llegan a la isla, explican parte de la gran abundancia de aves que visitan las costas de Chiloé», sostiene el Doctor Balboa.
El profesional agrega que, «nuestros objetivos se relacionan con mantener el monitoreo biológico e incorporar algunas variables físicas, lo que nos debiera ayudar a explicar la variabilidad en la abundancia de estos organismos claves en la dieta de las aves. En este sentido, y en conjunto con el Departamento de Ciencias Básicas, sede Santiago, esperamos profundizar el conocimiento de los microorganismos asociados a estos ambientes, antecedente fundamental en la descripción de los sistemas biológicos», destaca Luis Balboa.
Hoy, aparte del trabajo de investigación científica, se está desarrollando un estudioque aborda la influencia de las actividades humanas sobre los humedales y las aves playeras migratorias. En este contexto ha sido fundamental el trabajo realizado por la ONG Conservación Marina en conjunto con la comunidad de Curaco de Vélez. Dicha iniciativa tiene porfinalidad asegurar la conservación a largo plazo de los sitios claves para las aves migratorias.
Durante los tres últimos años se ha podido fortalecer la participación de la comunidad en la protección de humedales, desarrollo de programas de educación ambiental y de ecoturismo, todo con el propósito de brindar real protección al borde costero de Chiloé.
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