Desde Arica, a más de dos horas de ruta serpenteante, la primera detención del Bus ConCiencia fue en Putre, allí los alumnos del Liceo Granaderos pudieron disfrutar del bus celeste, bus que mágicamente se armó un laboratorio móvil hace cinco años.
Durante dos días y en forma casi ininterrumpida, los estudiantes disfrutaron algunas de las temáticas abordadas por el laboratorio móvil, alineadas al currículo, entre ellas, masa, volumen, densidad; química; cuerpo humano: sistema respiratorio y salud; electricidad, circuitos eléctricos; y ciencias de la tierra. Y por supuesto Nómada 360, donde a través de lentes de realidad virtual, pudieron ver videos en 360 grados de distintos lugares del país.
La ruta llevó al laboratorio móvil a 4.100 msnm, directamente a Visviri, donde el frío se hizo notar, y la puna también. En esta zona de frontera con Bolivia, para Paul Arévalo, a cargo de la realidad virtual, la experiencia fue única y la mejor vivida a lo largo de este tránsito por el país. “Los niños fueron súper participativos, al principio les costó tomar un poco de confianza, pero luego se convirtieron en un excelente grupo, muy motivado”.
Las actividades de la Fundación Ecoscience y el Programa Asociativo Regional Explora de CONICYT Arica y Parinacota, dependiente de la Universidad de Tarapacá, se desarrollaron en forma conjunta en este proyecto de educación científica Bus ConCiencia, con estudiantes de la Escuela Internado de Visviri y las ocho escuelas unidocentes de la Comuna de General Lagos.
Abrigaditos y acompañados de sus profesores, llegaron los alumnos de las escuelitas más numerosas con cinco integrantes, hasta las que tienen un solo alumno. Alejandra Vélez, profesora del bus, desarrolló un tema de física, relacionado con el sonido y su transmisión. Una actividad indagatoria iniciada con una pregunta, para saber qué conocimientos tienen los niños sobre el contenido, luego una hipótesis y un experimento con el que se generó la conclusión.
La motivación de los niños arrancó momentos de sorpresa, cuando a través de los lentes de realidad virtual pudieron viajar a territorios de otros pisos ecológicos de Chile. También cuando Pablo Ponce del Bus ConCiencia usó la lupa digital y puso en primerísimo primer plano la piel, las uñas y el cabello de los niños en una pantalla donde fueron reconociéndose.
Luis Jofré, director del Departamento de Administración de Educación Municipal de la comuna de General Lagos, valoró esta iniciativa científica, señalando que es una oportunidad para los niños de las distintas escuelas unidocentes del altiplano que no tienen otras opciones, pues carecen de laboratorios y sólo cuentan con un aula multigrado como espacio educativo. “Los profesores si tienen que hacer ciencia tienen rincones de aprendizaje de materias, pero no es como un laboratorio, un lugar específico para hacer concretas to
das las interrogantes científicas. Esto es valorable, es importante para ellos, no creo que lo vayan a olvidar”.
Alicia Osorio, profesora unidocente de la Escuela de Cosapilla, graficó lo que vivieron. “Fantástico. Era cosa de ver los ojos de los niños que estaban encantados con todas las actividades que se les propusieron, fueron cosas novedosas, a veces los profesores de aula nos hacemos trizas pensando cómo hacer los experimentos y vemos que de una manera tan sencilla y fácil se puede trabajar con los niños y sobre todo en ciencia”.
Termina la actividad en el bus que llevó la ciencia al altiplano y afuera del patio el sol cae fuerte, pero la brisa fría del invierno pasa a cada rato a avisar a los visitantes sobre los escasos grados existentes. Una actividad de lanzamiento de cohetes de agua, donde fuerza, presión y alegría, son parte de lo mismo, es la despedida de los niños para los que la ciencia es un verdadero tesoro, escaso y a veces lejano.
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