Cada mes, nuestros amigos del Museo del Limarí nos estarán contando de una pieza arqueológica de relevancia e interés.
El puco o plato de cerámica diaguita es una pieza emblemática, representativa del imaginario visual y artístico de su cultura que nos enseña a través de su iconografía, una cosmovisión compartida por todas las culturas del área andina meridional (Chile, Bolivia y Argentina) que tiene que ver con el mundo de los animales.
La pieza que presentamos este mes es el puco diaguita clásico, asignado al Período Agroalfarero Intermedio Tardío (1200-1450 d.C.) de la prehistoria del norte semiárido de Chile. Su decoración modelada consiste en la presencia de un protúbero bucal facial y un par de protúberos o mamelones semicirculares adheridos al borde, sobre las bandas de grecas laterales, y otro, que semeja una cola, en la pared opuesta al diseño facial. La pintura es de engobe rojo exterior y blanco interior, además de las grecas geométricas pintadas en café y rojo sobre blanco.
Su iconografía zoomorfa se interpretaba como la imagen de un felino (por las manchas negras sobre blanco), el famoso Yaguareté, Jaguar de las áreas selváticas del noroeste argentino, el felino más grande de Suramérica, junto a nuestro Puma. Sin embargo, nuevas hipótesis han ampliado las interpretaciones de la figura pintada, principalmente porque su boca modelada no se parece tanto a las fauces de un felino y correspondería, más bien, al pico de un pato u otra ave. Incluso se señala que podría corresponder a la imagen de un cernícalo local, de la región de Coquimbo, que presenta manchas negras en su cara, surcada de plumaje blanco.
Los invitamos al Museo del Limarí a conocer y observar esta increíble pieza y a compararla con los demás pucos de la cultura Diaguita y así dilucidar si se trata de un ave o de un felino, animales de gran importancia para nuestros antepasados.
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