“Con la investigación escolar, mis estudiantes han robustecido diversas habilidades blandas como la responsabilidad, puntualidad, trabajo en equipo y liderazgo, que les ayudarán en su desarrollo profesional futuro”.
Por: Marjorie Ibacache Plaza
Docente, Colegio Raúl Silva Henríquez de Ovalle.
En el colegio Raúl Silva Henríquez desde el 2014 y con la adjudicación de los fondos para los Clubes de Apoyo a la Investigación Científica Escolar, CAICE, que el PAR Explora de CONICYT Coquimbo de la Universidad Católica del Norte entrega año a año, se creó la academia de ciencias “Carlos Jiles Pizarro”. Esta academia comenzó su primera investigación en torno a la fabricación de un filtro de carbón y los respectivos análisis de las muestras de agua filtrada. Este primer acercamiento a la investigación escolar fue una experiencia enriquecedora para mis alumnos ya que ellos en ese momento cursaban la especialidad de laboratorio químico y lograron reforzar ciertos contenidos que no aparecían en el currículum, teniendo tal efecto en ellos que presentaron una actividad similar en la carrera universitaria que hoy cursan.
Durante el año pasado y éste, los estudiantes trabajaron en el manejo de relave minero, lo que les ha permitido ampliar sus conocimientos frente a los problemas medioambientales, considerando que las carreras que este establecimiento imparte corresponden a la Explotación minera y Laboratorio químico.
La investigación realizada este año lleva por título “Reutilización de relave minero del tranque nº3 de la minera Altos de Punitaqui como sustrato para las especies endémicas Prosopis chilensis, Cryptocarya alba y Quillaja saponaria” y con ella mis estudiantes participaron en los congresos provincial, regional y nacional que son organizados por el PAR Explora Coquimbo y por el Programa Explora de CONICYT.
Si bien las primeras experiencias fueron enriquecedoras y fortalecieron a mis estudiantes, este último proyecto fue muy diferente a los años anteriores, ya que mis alumnos tomaron un mayor protagonismo en todo el desarrollo de la investigación, formando 2 grupos de trabajo en los cuales se encargaron de completar y mantener al día sus respectivas bitácoras, así como definir a sus propios líderes, donde el trabajo en equipo fue fundamental para el desarrollo de su investigación. Además, aprendieron técnicas de análisis que no son aplicadas en clases, por lo que al final de este proceso, este grupo de estudiantes pudo adquirir conocimientos superiores en comparación al resto de sus compañeros del establecimiento.
Trabajar en los Clubes de Apoyo a la Investigación Científica Escolar, CAICE, es una buena oportunidad, ya que nos ha permitido implementar el laboratorio químico que se usa en esta Academia y realizar análisis que en lo común del aprendizaje que se les entrega a nuestros alumnos, no es posible llevar a cabo.
Gracias a la investigación científica escolar, mis estudiantes han mejorado sus conocimientos frente a técnicas como la volumetría ácido-base y complexometría, determinación de nitrógeno por Kjeldahl, digestión ácida, demanda química de oxígeno (DQO), y destilación entre otras. Pero además, han robustecido diversas habilidades blandas como la responsabilidad, puntualidad, trabajo en equipo y liderazgo, que les ayudarán en su desarrollo profesional futuro.
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