Descubre de qué comunas son los ganadores de esta iniciativa cultural y de ciencias.
De Punta Arenas, Santiago y Antofagasta son los tres mejores microcuentos científicos de la primera versión de “Tinta en el Matraz”, organizada por la productora de comunicación científica DIVULGOCIENCIA y la agencia de diseño VISUALÓGICA. El primer lugar se lo adjudicó el cuento “Instrucciones para hacer un humano”, escrito por el biólogo José Rizo; mientras que el segundo y el tercer lugar fueron para “El amor en tiempos de sequía” y “Un crimen en 100x”, de la bióloga ambiental Diana Lillo y del biólogo Alex Echeverría, respectivamente. Así, estos autores se hacen acreedores de los premios del concurso consistentes en dinero en pesos chilenos ($300.000, $200.000 y $100.000).
“Tinta en el Matraz” tiene como objetivo incentivar a los científicos chilenos a salir de sus plataformas habituales y a comunicar su trabajo a través de la escritura creativa, utilizando un lenguaje simple y ameno. Así, el concurso busca hacer visible a la ciencia que se hace en el país y su importancia en nuestra sociedad de una manera que despierte el interés del público que no está en contacto directo con estos conocimientos. Esta iniciativa fue patrocinada por la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia (ACHIPEC) y el Instituto Antártico Chileno (INACH) y auspiciada por la Universidad de Concepción y su Facultad de Ciencias Biológicas, el Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes, y la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Durante la convocatoria, se recibieron más de 120 relatos que fueron enviados por alrededor de 100 participantes residiendo tanto en Chile como en el extranjero, entre los que se incluyen académicos, investigadores y estudiantes de pre y postgrado de carreras científicas. Todos ellos se motivaron a dar a conocer diversas temáticas de las ciencias naturales y del trabajo cotidiano del científico, tales como botánica, calentamiento global, inmunología, teoría de la relatividad, protección de flora y fauna nativa en peligro de extinción, crisis vocacionales y rigurosidad experimental, entre otras. Los cuentos fueron evaluados según su creatividad, estructura, redacción, uso de recursos literarios, precisión y claridad del contenido científico y generación de interés sobre este contenido en el lector, por un jurado compuesto por diferentes profesionales vinculados a la comunicación de la ciencia, la literatura y el arte.
A partir del mes de junio comienza la tercera etapa de este proyecto, la cual consiste en difundir los tres microcuentos ganadores a través de las redes sociales e ilustrar los 10 mejores relatos, ilustraciones que serán exhibidas en diferentes espacios digitales y físicos con el fin de alcanzar a la mayor cantidad de personas ajenas a la ciencia. En paralelo, se diseñará el libro resumen de “Tinta en el Matraz”, el cual será difundido de manera gratuita entre la comunidad no-científica nacional y cuya fecha de lanzamiento será anunciada próximamente.
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