Si bien ha ofrecido tres temas para que distintos establecimientos educacionales de Arica accedan a él, a través de Mil Científicos Mil Aulas, del Proyecto Asociativo Regional Explora de CONICYT, ejecutado por la Universidad de Tarapacá, uno es el que más ha tenido éxito: “Geografía de la salud”.
El geógrafo Mauricio González, funcionario de la Seremi de Salud, también hace clases en la Universidad de Tarapacá, pero le encanta ir a los colegios ariqueños que se inscriben para sus charlas, pues “las preguntas de los niños muchas veces salen de los contextos y nos ponen en una condición incómoda; tenemos que buscar respuestas y la curiosidad que a veces ellos tienen o las preguntas que hacen es lo más gratificante”. Nada más certero en este año que para Explora es el “Año de los Por Qué”.
La charla busca interiorizar a los estudiantes en la relación existente que tienen las enfermedades con el factor espacial que es propio de la geografía, buscando entender la inseparable relación hombre-naturaleza, la cual sufre cambios a través del tiempo y el espacio.
En su didáctica presentación a los estudiantes de la Escuela Darío Salas Díaz, ubicada en kilómetro cuatro del valle de Azapa, el geógrafo explicó que cada momento histórico, en una civilización o cultura tiene rasgos que son propios de la forma como ésta se presenta en dicha relación y cómo éstos se han configurado en los sistemas sociales, económicos, políticos y medioambientales.
Producto de estas configuraciones se han dejado huellas en el espacio, lo que permite identificar y relacionar el factor espacial con las enfermedades, en la cual Arica no está exenta de dichos riesgos, considerando que vivimos en un espacio geopolítico de interés, con presencia de vectores sanitarios como el Aedes aegypti.
Ahora, ¿cómo surge esta relación entre geografía y salud?. “Es producto de mi profesión que tiene que ver con la geografía, pero como me desempeño en la Seremi de Salud, me ha llevado a incursionar en este tema que en Chile no se ha trabajado mucho y me ha parecido bastante interesante exponer este trabajo que a veces es desconocido para la comunidad”, explica el experto.
A la fecha ha desarrollado esta charla alrededor de siete veces, dos a tres charlas por mes, y ya tiene agendada la última, antes que termine el mes de agosto. “Ha sido muy gratificante, porque de hacer clases a jóvenes universitarios y luego a niños de enseñanza básica y media, que a veces no tienen acceso a la información, adaptar las clases ha sido un reto y un agrado”.
El profesor termina la charla, con preguntas que lo activan a responder de la forma más clara al curso de educación básica, que durante una hora se concentró de principio a fin en torno al contexto regional y sus avatares de salud, que sólo un conocedor de las dos áreas puede enlazar de la mejor forma.
