EL LLAMADO DE LAS RAÍCES
-Fue una experiencia única para mis alumnos, es vivir la ciencia a través de una pedagogía innovadora. Ellos son curiosos, pero con actividades como ésta les brota más la curiosidad, pues son súper preguntones. La profesora Marianela Fornés de la Escuela Manuel Rodríguez, asegura que el Taller de Plantas Nativas es el inicio para otras actividades, que implican comunicar lo vivido a la comunidad cercana, a través de cómics, álbumes u obras de teatro, entre otras posibilidades.
En el “Taller de Plantas Nativas para Usos Medicinales”, desarrollado por el Proyecto Asociativo Regional Explora Conicyt Arica y Parinacota de la Universidad de Tarapacá, participaron 20 estudiantes de sexto año básico, pertenecientes a la Escuela Manuel Rodríguez Erdoyza, los cuales a través de las tres sesiones desarrolladas, aprendieron a valorar el saber ancestral de los abuelos y el avance en la investigación científica sobre el principio activo de algunas plantas nativas presentes en la región.
En otras palabras, cada uno hizo un viaje, guiado por Patricia Arévalo, profesora de historia, a través de las plantas que crecen en medio del desierto más árido del mundo; conociendo la región y su geografía, que se distribuye en pisos ecológicos. Los alumnos plantaron algunas especies, vieron la forma de las hojas y su importancia en la medicina.
Esta actividad, que se enmarca dentro de lo que promueve el Proyecto Explora Conicyt Arica y Parinacota, que es valorar la ciencia y la tecnología y acercarla a distintos públicos, entre ellos los alumnos de enseñanza básica, realizó esta segunda versión por varios motivos.
El ingeniero, Claudio Fuentes, encargado del área de Valoración de la Ciencia de Explora, indicó que en primer lugar se puso en valor el patrimonio cultural inmaterial, contenido en la sabiduría ancestral relativa al uso de plantas medicinales en el mundo andino; por otro lado, se sensibilizó al estudiante sobre la importancia de las plantas que crecen en la región; y, finalmente, se divulgó la investigación científica desarrollada sobre el uso de plantas nativas. En este proceso Explora trabajó estrechamente en vínculo con el mundo científico, con el Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto (CIHDE).
EXPERIENCIAS
Los alumnos vivieron experiencias únicas. A Constanza Julca le pareció entretenido y le gustó como molieron el orégano e hicieron gel en el laboratorio; mientras que Mariana Morales tradujo todo esto como algo mágico. Akira Riquelme se sintió atraída por los antioxidantes, los extractos de aceites y la producción de gel.
Pero los científicos también vivieron los suyo. Claudio Parra, investigador del CIHDE, comentó que fue un agrado trasmitir sus conocimientos y abrir los laboratorios para que los niños tengan la experiencia de estar en uno de ellos y saber lo que se hace. “El laboratorio tiene la particularidad que trabajamos con plantas de nuestra precordillera y le damos el respaldo científico al conocimiento popular, que ya existe de las plantas medicinales”, acotó.
Susana Alfaro, encargada del Laboratorio de Investigación e Innovación Biomédica del CIHDE, mostró a los alumnos cómo se hace un cultivo con células humanas y qué hacen los profesionales con los extractos de hierbas medicinales sobre ellas. Les mostró el laboratorio donde realiza experimentos, tanto de biología celular como de biología molecular. Al alumno Nicolás Flores le gustó el laboratorio de las células; también a Miguel Sánchez, especialmente interesado en las células del cáncer.
Los alumnos, que usaron los delantales blancos por un día, de la mano del ingeniero agrónomo del CIHDE, Luke Crossley, conocieron los cultivos con los que están trabajando en la zona altoandina: papas nativas, quinoa ytomate golden Berry; más algunas plantas de aloe vera y kalanchoe. También realizaron trasplantes en el huerto y conocieron la importancia de las plantas para el planeta.
Ahora, mejor que nunca, los estudiantes seguirán cuidando el huerto escolar, donde a cada planta le pusieron su nombre al lado del nombre científico, fue la forma de hacerse cargo de su riego y crecimiento. Finalmente, tener claro que las raíces están en tierra firme, como las historias de los abuelos y sus secretos de hierbas medicinales, a los que se acude cada vez que es necesario.
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