La motivación y su importancia en la formación de las futuras generaciones

La motivación y su importancia en la formación de las futuras generaciones

Una ciudadanía compuesta por personas creativas, conscientes del mundo que los rodea, con pensamiento crítico y con deseos de aportar desde distintos espacios es, quizás, la puerta de entrada a una sociedad mejor, más justa, más plena.
Son las futuras generaciones las llamadas a realizar estas transformaciones sociales, por lo cual es transcendental que los esfuerzos apunten a mejorar la formación de los niños y niñas de nuestro país. En este sentido, expertos coinciden en que uno de los pilares fundamentales para lograr una mejor sociedad es motivar a aprender desde temprana edad.

En un mundo vertiginoso, donde los tiempos se acotan en función de múltiples exigencias y donde la competencia es muchas veces el motor del estilo de vida predominante, de pronto no somos conscientes de la importancia de formar futuras personas que sean capaces de observar su entorno, de mirarlo con curiosidad y pensamiento crítico, personas que sean creativas y que puedan intervenir en este mundo para mejorarlo.

El formar seres humanos con este tipo de capacidades requiere de un esfuerzo conjunto, donde habitualmente influyen distintas instituciones sociales, como la familia, la educación, la política, la religión, entre otras. En el fondo, es el resultado de un proceso de socialización, que se genera gracias a la capacidad de aprendizaje.

La mayoría de los autores que han trabajado en la materia coinciden en que el aprendizaje es un proceso inherente del ser humano, mediante el cual se adquieren conocimientos, habilidades, hábitos, entre otros, a través del estudio y la experiencia, que habitualmente generan cambios en la conducta o en su potencialidad.

Desde que nacemos, el aprendizaje es parte de nuestra vida. En nuestros primeros años, por ejemplo, aprendemos rápidamente a balbucear, a caminar, a hablar, entre otras cosas. En esta etapa es fundamental la exploración que realizan los niños y niñas de su entorno, así como la motivación de los padres, madres y profesionales de la educación.

Al respecto, Helga Gudenschwager Grüebler, psicóloga, magíster en psicología y directora del Programa Educacional para Niños, Niñas y Jóvenes con Talentos Académicos de la Universidad de La Frontera (PROENTA-UFRO), sostiene que “de forma muy intrínseca, a los niños les gusta descubrir, son exploradores y curiosos. El ser humano, y por ende los niños, siempre quiere conocer y comprender la realidad, su entorno, a las demás personas y a sí mismos. Entonces, el medioambiente puede potenciar esta curiosidad que se da de forma natural, a través de las oportunidades que ofrece, o puede frenarla”.

La motivación es, por tanto, un aspecto fundamental en el aprendizaje, funcionando como un motor que fortalece esa necesidad innata en el niño o niña de conocer el mundo que les rodea. De ahí que el término “motivación” provenga de la palabra latín “motio”, que significa movimiento.

“Cuando está presente la motivación, la persistencia también es mayor, la cantidad de tiempo que el niño está dispuesto a invertir en una actividad es mayor, la intensidad con la que se involucra es mayor, la tolerancia a la frustración es mayor. Entonces ese motor, que es la motivación, es tremendamente importante al momento de plantearse desafíos o metas, iniciar la conducta y persisitir en el esfuerzo hasta lograr las metas”, agrega Gudenschwager.

Los padres, madres y apoderados desempeñan un rol trascendental en la motivación a aprender que tiene un niño o niña. En gran medida, sus enseñanzas permitirán que el infante tenga una buena disposición a las nuevas experiencias, a descubrir hechos o fenómenos desconocidos. El Ministerio de Educación, en este sentido, promueve que los adultos y adultas tengan una actitud proactiva en la educación de sus hijos, desde temprana edad, en pos de mejorar la calidad de su formación y aprendizajes.

Pero pese a que la familia es la institución de mayor importancia en la vida de toda persona, ciertamente los educadores y educadoras también constituyen actores muy relevantes en la formación de los niños y niñas, cuyo rol es guiar el proceso de conocimiento, estimular la voluntad de aprender de los estudiantes y despertar su interés mediante herramientas que sitúen a los pequeños como protagonistas de sus propios descubrimientos.

En este sentido, Gudenschwager asegura que tanto la familia como la escuela tienen un rol muy fundamental en lo que respecta a actuar positivamente ante la motivación innata que tienen los niños y niñas por querer aprender. Esto, según indica la experta, se puede lograr a través de actitudes como ser receptivos ante la pregunta de los niños, estar dispuestos a buscar las respuestas, a leer y a investigar con ellos.

También llama a ser capaces de dar los espacios necesarios para que los niños y niñas puedan realizar experimentos en condiciones controladas. En el fondo, “se trata de que los padres y educadores puedan alentar y mantener esa motivación intrínseca, transmitir lo interesante y positivo que es aprender; que el niño pueda ver la exploración, la creación y la investigación sobre distintos temas como algo apasionante, entretenido, mágico”, agrega la psicóloga educacional.

Es habitual que las personas adultas premien a los niños y niñas cuando alcanzan ciertos logros en el jardín o en la escuela. Sin embargo, la experta llama a no realizar esto cuando el niño o niña ya está instrínsecamente motivado porque, a su juicio, “impide que la motivación sea interna, sea por ellos, por el placer de aprender”.

En este sentido, también son grandes los desafíos de quienes ejercen la misión de educar en las aulas, sobre todo en un contexto donde la información está al alcance de la mano y donde muchas veces las expectativas por lograr resultados académicos dejan poco margen al desarrollo creativo e integral de los escolares.

Al respecto, Gudenschwager señala que es importante que, a pesar de los contextos poco favorables, las educadoras y educadores sean creativos a la hora de evaluar los aprendizajes, que consideren la diversidad de intereses y de inteligencias, y que incluyan a los niños y niñas en las evaluaciones, de modo que sean ellos quienes se fijen sus propias metas, siendo capaces de evaluar sus progresos personales (autoevaluación) y de sus grupos (coevaluación), y de establecer planes para mejorar.  

Experiencias de aprendizajes activos

Diversas experiencias educativas han revelado que promover un aprendizaje activo en los niños y niñas, donde ellos sean precisamente los constructores de su propio conocimiento, es una de las herramientas más motivadoras y que mejores resultados tiene en el logro de aprendizajes significativos.

Helga Gudenschwager señala que a los niños y niñas les gusta mucho aprender haciendo. “La experiencia en el aula indica que la motivación por aprender aumenta cuando son los estudiantes quienes experimentan, quienes formulan sus propias preguntas, buscan y organizan información, y quienes desarrollan sus propios intereses a través de distintas iniciativas, como proyectos”, sostiene.

Este es, precisamente, uno de los ejes centrales del quehacer de PROENTA-UFRO, iniciativa que busca fortalecer el desarrollo integral de estudiantes que presentan una alta motivación por aprender y un alto potencial intelectual.

“Nosotros, como programa, tenemos hartos elementos que nos distinguen del currículum más formal escolar y que facilitan el involucramiento muy activo de parte del niño. De partida, tenemos un currículum flexible, donde son los niños los que eligen los cursos y los talleres en los que quieren participar, según sus propios intereses y habilidades. Por lo tanto, partimos considerando lo que ellos necesitan y lo que quieren, lo que permite que los estudiantes comiencen con una motivación extra”, destaca la directora del programa.

Esta motivación inicial continúa potenciándose en el aula, según indica Gudenschwager, a través de la metodología del aprender haciendo, que permite adquirir el conocimiento mediante el descubrimiento. Además, el programa potencia la creatividad del escolar y el aprendizaje desde contextos reales, con actividades desafiantes y el trabajo en equipo.

Al igual que PROENTA-UFRO, el PAR EXPLORA La Araucanía trabaja hace 14 años cautivando a escolares desde educación parvularia con las maravillas de la ciencia, a través de iniciativas de divulgación y valoración que buscan desarrollar la curiosidad y despertar el interés de quienes son las futuras generaciones.

“Los niños y niñas cuentan con la curiosidad y la capacidad de asombro por naturaleza. Entonces, como EXPLORA, estamos convencidos de que la formación científica es capaz de alimentar esta curiosidad en ellos y les otorga herramientas para comprender mejor el mundo que los rodea, aptitudes para explorar hechos y fenómenos, capacidades de análisis y resolución de problemas, habilidades comunicativas y cooperativas, entre otras”, señala Felipe Gallardo Arriagada, director del PAR EXPLORA La Araucanía.

Tus Competencias en Ciencias (TCC) es, tal vez, la iniciativa del PAR que mayormente cumple con el objetivo de despertar la curiosidad en los niños y niñas de la región, porque a través de ella se entregan herramientas pedagógicas a educadores y educadoras, con el fin de que, a través de talleres científicos participativos y entretenidos, logren desarrollar habilidades en los escolares, motivándolos a descubrir los distintos fenómenos que ocurren.

Marianne Weber García, profesional de la Escuela Artística Armando Dufey Blanc, es una de las 40 educadoras de párvulos que participó en las motivadoras jornadas de capacitación de TCC el 2013. Tras un año de implementación de los talleres, asegura que los resultados en sus estudiantes son sorprendentes.

“El sumarnos a TCC ha sido, tanto para mí como para los niños y el establecimiento, una experiencia sumamente enriquecedora en lo que ha sido el despertar en los niños. Las instancias que tiene el taller, donde el niño es capaz de experimentar con materiales concretos y cercanos, no sólo nos han permitido motivarlos por descubrir su entorno, sino también los estudiantes han desarrollado habilidades comunicativas, de trabajo en equipo”, sostiene la educadora. 

Niños y niñas motivados desde sus primeros años serán adultos más conscientes de la realidad social, más comprometidos con lo que ocurre en ella y más preparados para contribuir a mejorarla desde espacios de liderazgo. Así lo indican las experiencias de PROENTA-UFRO, el PAR EXPLORA La Araucanía y TCC.

“Como EXPLORA hemos tenido estudiantes que han participado en nuestras actividades siendo muy pequeños, que luego han sido monitores en su paso por la universidad y que hoy son jóvenes científicos y científicas comprometidos con su quehacer, y muy conscientes de la responsabilidad que tienen con la región y el país. Estos son ejemplos que nos llevan a continuar trabajando incansablemente, con el fin de abrir más mentes, de motivar a más escolares y, de este modo, aportar al desarrollo de nuestra sociedad”, concluye Felipe Gallardo.

Periodista: Carolina Nahuelpi Álvarez / Fotografía: Arturo Rubio Navarro. 

 

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