La seguidilla de sacrificios animales en zoológicos y otros casos similares abren un singular debate sobre si la seguridad de las personas podría tener límites en beneficio de los derechos animales
Por Dr. Juan Carlos Ramírez Flores
Con frecuencia escuchamos que vivimos en un mundo que cambia asombrosamente rápido (¡qué duda cabe!). El desarrollo de la ciencia y tecnología han contribuido a la comprensión de este entorno siempre cambiante, propiciando así el desarrollo de la civilización y el bienestar humano, sin embargo, todo ello parece chocar contra un muro infranqueable cuando se trata de algo que parece eterno: el actuar irresponsable del ser humano para con su entorno.
Posiblemente, en este momento el lector recordará alguna anécdota en este sentido: ¿cuántas veces en nuestra casa se han lanzado a la basura doméstica elementos altamente tóxicos para el ambiente tal como baterías de celular o ampolletas?, y aún más, ¿cuántos de nosotros hemos hecho ver a alguien que está actuando de manera irresponsable cuando lanza basura en lugares no habilitados o bien cuando lastima sin motivo alguno a un animal indefenso?.
Es por ello que no deja de ser relevante, el debate iniciado en las redes sociales respecto a quién resultaría tener la responsabilidad en la muerte forzosa de animales de zoológico, para proteger la vida de seres humanos: lamentables casos han ocurrido muy recientemente en Chile y Estados Unidos.
¿Acaso es responsable el personal de estos zoológicos por aplicar los protocolos que obligan incluso a sacrificar a los animales si acaso está en peligro la vida humana?. Ello no resiste debate alguno: la seguridad de los seres humanos es lo principal. En el caso de Chile, el sacrificio de dos leones fue respaldado por la Asociación Mundial de Zoológicos. Por su parte, el sacrificio del gorila “Harambe” en Estados Unidos planteó incluso dudas respecto a si acaso este fornido animal sólo trataba de salvar y no lastimar al pequeño que cayó a un foso cercano…lamentablemente no podía correrse el riesgo de un evento fatal.
Es cierto que este actuar fue totalmente legítimo, sin embargo, sorprende que con los avances tecnológicos actuales no se cuente con medios de aturdimiento más efectivos y rápidos, que eviten tener que matar a un animal que no resulta ser más que una víctima involucrada circunstancialmente en un evento que compromete la seguridad humana.
Resulta igualmente inquietante que la seguridad de zoológicos y establecimientos similares, independiente del país del cual se trate, sea eventualmente limitada y quede a merced de la ya mencionada irresponsabilidad humana para con su entorno.
¿Qué nos espera? ¿Seguiremos acaso escuchando de animales muertos tanto en zonas silvestres y zoológicos debido a descuidos intencionales o accidentales?. Quedan menos de 1000 ejemplares de gorila y unos cuantos miles de leones en el mundo, ambas especies en peligro crítico de extinción, sólo por mencionar las especies involucradas en los lamentables eventos que motivaron estas líneas.
En un comentario anterior, valoré a los zoológicos no sólo por ser espléndidos lugares para conocer en vivo especies que de otra forma jamás veríamos, sino también por constituir eventuales reservorios de una parte de la frágil biodiversidad del planeta. Sin embargo, ¿cómo podríamos disfrutar plenamente el visitar un lugar donde somos conscientes de que sus habitantes corren serio peligro de muerte por la sola presencia del ser humano?.
Es un complejo debate el que hoy hemos planteado. Por el momento, invito al lector interesado en la vida silvestre a visitar museos, exposiciones y a navegar por internet. Informémonos del estado de conservación de las especies y de las normas básicas de seguridad que debemos respetar en zoológicos y otros establecimientos donde exista fauna que puede ser visitada. Producto de nuestra irresponsabilidad, hemos perdido a valiosos representantes de la biodiversidad terrestre, y la verdadera culpa radica en que aún no comprendemos que como individuos sólo formamos parte del planeta, y no somos propietarios de él…vuela alto fauna cautiva de la Tierra.
El Dr. Juan Carlos Ramírez F. es Ingeniero Forestal (Universidad Austral de Chile), Magíster en Ciencias Mención Silvicultura (Universidad Austral de Chile) y Doctor en Recursos Naturales (Universidad de Hannover, Alemania). En la actualidad es docente del Departamento de Ciencias Químicas y Recursos Naturales de la Universidad de La Frontera.